En busca de Jasper

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-Vas al océano, cuarenta pasos norte, ochenta noreste y treinta este.- Repitió por quinta vez Peridot. Se encontraba realizando los últimos ajustes a la nave improvisada.

- Si, si. – Asentía Pirita mientras entraba en la cabina. – Veinte al sur, treinta y ocho al este y setenta y dos al sudoeste.

- ¡Que no!- Masajeo unas veces su cien para calmarse. - Cuarenta pasos norte, ochenta noreste y treinta este.

- Ya, ya. – Saca la lengua. – Ya lo entendí, no soy tonta.

Claro que no.- "Eres mega tonta" hubiera querido agregar.- Cuando contactes con Jasper tráela aquí.

- Esta bien.- Fue lo último que dijo antes de cerrar  la compuerta. Verde, rojo, azul. Los botones que Peridot le dijo que tocara. Enseguida la nave se elevó y comenzó su camino. Dos horas, cuatro horas, seis horas. Ese fue el tiempo que le tomo a Pirita en llegar a las coordenadas establecidas. Según la gema verde, en un rango de cuarenta pasos podría encontrarse su amiga.

   Pirita busco por cada rincón. Desde las islas aledañas, hasta los naufragios en lo más profundo del océano. El sol comenzaba a caer. La chica miraba como los últimos rayos iluminaban el mar. Le recordaban a su único mechón rubio de su cabello gris. En poco tiempo la oscuridad reino. Había luna nueva esa noche, lo que hacía que apenas pudiera ver. Pensó en dejar la búsqueda por ese día, hasta que una tenue luz brillante apareció en el agua.

   La gema estaciono el ostentoso vehículo en una pequeña isla y lo oculto entre unos matorrales. Todo cada vez era más claro, la luz iba aumentando su tamaño paulatinamente. De pronto, una hermosa joven emergió de entre las olas. Tenía un hermoso cabello azul hasta los hombros. De su espalda nacían unas majestuosas alas de agua. Voló lo más alto que pudo y aterrizo en una isla no muy lejana de donde se encontraba Pirita. "Una gema", pensó instantáneamente, la muchacha de piel anaranjada, al ver la piedra azulina en la espalda de la chica. La gema azulada se recostó en la fría arena y se quedó observando el despejado cielo estrellado.

-¡Hola!- Se anunció con emoción Pirita.-¿Cómo te llamas? Yo soy Pirita, también soy una gema. – Levanto su manga y alzo el brazo dejando en descubierto una hermosa piedra grisácea con brillos dorados en la muñeca izquierda.

   Al darse cuenta de que no estaba sola, la gema del agua se levantó abruptamente, alzo sus brazos y unas olas gigantes aparecieron. Avanzaron rápidamente en el mar en dirección a la isla donde se encontraba Pirita.

- Por favor, no me haga daño. – Gimió la inocente cubriéndose la cabeza. El agua se desplomo antes de poder tocarla y en menos de un segundo la muchacha de las alas de mar se encontraba frente a ella.

- Wow, eres rápida.- La alago.- ¿Cómo te llamas?

-Vete de aquí.

- ¿Ah? ¿Por qué? No soy mala, solo estoy buscando a alguien, pero al parecer me perdí.- Rio estrepitosamente Pirita. – Por cierto, me encantan tus alas, son hermosas, me encantaría tener unas iguales. Ignorándola, la gema del agua se sentó en la orilla.

- Lapis. – Dejo escapar un pequeño suspiro. – Me llamo Lapislazuli.

- Vaya, es un muy lindo nombre. – Se sentó a un lado. – Y... ¿Qué hacías?

- Miraba las estrellas. – Se quedó pensativa por un momento. ¿Podría confiar en esta chica? – Me recuerdan a mi hogar.

- ¿Tu hogar? – Pregunto extrañada. – Ah, del espacio eres, como las demás gemas. Me hubiera gustado conocer ese planeta del que tanto dicen. Pero me gusta aquí. ¿Sabes? Yo soy de la guardería. – Lapis se sobresaltó un poco al oír esa palabra. – Siempre estuve sola aquí. Todas las demás gemas de ahí se fueron, pero a mi no me vino a buscar nadie. Supongo que es porque todos creen que soy torpe, pero realmente soy muy fuerte. Tenía una amiga antes ahí que me lo demostró y...

- ¿No te callas nunca? – La interrumpió. - ¿Por qué me cuentas toda tu vida? Solo sabes mi nombre.

- Lo siento. – Bajo la cabeza apenada. – Es que yo creo que eres buena, alguien que le gusta ver las estrellas debe de ser buena persona.

- Eso no tiene sentido...- Se quedó un momento en silencio. – Perdón por levantarte el tono de voz. Es solo que... - Recapacito un segundo en si podía hablarle, pero realmente no parecía ser mala, además era algo tonta.-... nunca he hablado tanto tiempo con alguien.

-¿No? ¿Qué acaso no tienes amigos?

- Solo uno, pero apenas pase tiempo con el... siempre estuve... encerrada. – Apretó sus piernas contra el pecho lo más fuerte que pudo. – Y ahora que tengo la libertad que quería... no puedo disfrutarla con nadie. – "Porque mi prisionera no cuenta como alguien.", pensó.

- E-eso es.... – Pirita rompió en llanto. – Inaceptable. Es muy triste, alguien no puede no tener amigos. – Tomo con fuerza las manos celestes de la joven e hizo que la mirara a los ojos. – Lapis, yo seré tu amiga, aunque tu no quieras ser la mía.

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⏰ Última actualización: May 19, 2015 ⏰

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Pirita ( Steven Universe FanFic )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora