-3-Bible

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Vio las dos pequeñas marcas aparecer y volverse azules en un instante. Él lo había leído, podía ver el mensaje en la parte superior anunciando que estaba conectado, entonces ¿Por qué no respondía? Desde que regreso a su piso luego de ese inesperado encuentro solo pudo pensar en él. De nada servía negarlo, lo extrañaba, lo quería y se odiaba a si mismo por no habérselo dicho. Sintió el tirón en su muñeca señal de que sus músculos se estaban tensando, presiono la pantalla con el pulgar solo para ver que el mayor no respondía ¿A quién quería engañar? Él supo desde el instante que envió ese mensaje –veinte minutos atrás- que no respondería y aun así permaneció en la misma posición, su vista pegada a la pantalla sentado en la silla de la cocina en la oscuridad de su piso.

-¿Por qué lo intento?- se puso de pie dejando el teléfono sobre la mesa, odiaba conocerlo tanto- es demasiado orgulloso para responderme, aun si me extraña...- y lo sabía, lo extrañaba, la mirada que le dedico esa misma tarde se lo había dejado en claro. Tal vez Build no estaba tan involucrado como él, tal vez no lo amase, pero podía estar seguro de una cosa: lo extrañaba.

Si el mayor lo extrañaba eso solo podía indicarle algo, lo quería, un poco, casi nada, pero seguro lo quería ¿Cómo podía reaccionar de esa forma sino? Detuvo sus pasos frente al refrigerador abriendo este sin prestar mucha atención, el mismo estaba poco surtido de comida, había hecho algunas compras esa mañana cuando se encontró sin poder dormir, pero... ¿De que servía? Él no tenía hambre. Desde que sus miradas se cruzaron su apetito se cerró, su sueño se disipo, él solo quería una cosa: estar con el mayor. Se inclinó apoyándose contra la puerta del friolento aparato, el mayor no iba a responderle, así como sabía que aún lo extrañaba sabía que nunca le respondería un mensaje como ese, era demasiado simple, demasiado directo y Build Jakapan no era ese tipo de chico.

Sonrió perdido en sus pensamientos mientras el frio del refrigerador congelaba levemente sus piernas, Biu perdería cualquier cosa antes que su orgullo. Lo sabía, si quería conquistarlo debía ser intenso, debía bombardearlo de mensajes, llenarlo de regalos, hacer cosas ridículas que mancillen su orgullo y dignidad, solo así Biu lo aceptaría. Era irónico que su humillación sea la clave para su felicidad, porque estaba seguro de que iba a humillarse mucho y hacer cosas realmente tontas para que este considere perdonarlo ¿Había otra manera acaso?

Cuando el frio se hizo incontrolable reacciono, sacudió su cabeza borrando aquellos pensamientos algo patéticos y cerró la puerta del refrigerador, no sin antes tomar una de las botellas de vino de su amigo. Sabía que este se molestaría al enterarse, pero esperaba reemplazarla antes de que regrese. Tomo una de las copas que su compañero de piso usaba, de cuello alto y gran curvatura, si tomaba vino tinto lo haría en altura, pensó algo divertido. Se acomodó en la misma silla que minutos antes uso y presiono el botón al costado de su teléfono, nadie le había escrito, eso era todo lo que necesitaba. Abrió la botella y lleno la copa, no era un fanático del vino tinto, pero esa noche necesitaba calmar su mente. Estaba a solo un pensamiento de tomar las llaves y correr a casa del mayor para rogarle que lo acepte de nuevo.

Acerco la copa a sus labios probando con cuidado, Tong podía ser un pesado en muchas cosas, pero le había enseñado bien de vinos, podía disfrutar una buena copa sin sentirse un tonto. Su teléfono comenzó a sonar cuando la copa ya pasaba la mitad, lo tomo curioso viendo a la persona que ocupaba parte sus pensamientos en la imagen que veía en su pantalla, decidió responder y poner el altavoz, no estaba de humor para una charla en ese momento.

-Tong

-me entere que estas de regreso ¿Tiene algo que ver con Jakapan?- una sonrisa triste cubrió sus labios ¿Por qué era tan directo?

Ex- boyfriend (biblebuild)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora