Mis sueños son interminables, para ser más detallado para algunos un sueño es totalmente efímero, pero para mí es como caer a un vacío sin salida, y totalmente oscuro, y este podría durar días, meses y hasta años. Todo esto ocurrió desde que tomé la decisión de cambiarme de escuela muy repentinamente, en el internado CEBAARE, al principio del año todo iba muy bien, había conseguido amigos con los cuales pasaron todo mi transcurso ahí. Al pasar los meses todo fue cambiando, mis horas de sueño eran diferentes pero los tiempos eran exactamente los mismos, todos los días estaban tan exhaustos y con ansias de salir de ese lugar.
Mi rutina se basaba en ir a recostarme en la cama, acomodar mi almohada de la forma correcta, cerrar mis ojos completamente y empezar a visualizar que estaba durmiendo para empezar a hacerlo, es la rutina de cualquier persona, pero conmigo algo falló, algo hice mal. Al pasar la noche yo sentí como si una madrugada completamente normal y como cualquier otra había durado una eternidad, y una eternidad es mucho tiempo, al tan solo recostarme en mi cama presentía que esto iba a durar mucho, y esto se repitió al día siguiente , y el que sigue del día siguiente y el que sigue de todos esos días.
En los 8 módulos de la mañana sentí como si estuviera a punto de desmayarme, y mi cara ya parecía de un recién fallecido, tal vez había estado mucho tiempo durmiendo y pensando, pero no lo sentí mínimamente así. Mi profesor de Español me preguntaba todos los días la misma tonta frase, menos el lunes porque el lunes no me tocaba clases con él;
—Y bien, ¿dormiste mucho?, no me molestó, de hecho, se me hizo algo gracioso, porque yo sabía que el profesor lo hacía para encajar con sus alumnos, debido a que hay algunos años de diferencia, recalcando lo que me repetía el maestro también me dio algunos consejos para superar aquello que me aterrorizó al llegar las 9:00 pm dado que él tiene el mismo problema que yo, dice que es por estrés y llevar varias preocupaciones, aunque le pase a demasiadas personas y tenga sueños interminables sea algo supuestamente normal, lo detesto demasiado. Lo que más me asusta no son las complicaciones ecuación del profesor de matemáticas, que por cierto nunca le entiendo ni una palabra de lo que dice, ni mucho menos las clases de educación física que me hacen sudar como puerco, lo que en verdad me asusta es ver como lentamente el sol está bajando y espero poco a poco la hora de mi muerte.
Ya cansado de esto decido ir con el médico de la escuela, esperando alguna pastilla o algún remedio mágico que cure esto que tengo, pero en vez de eso recibo un...
–Deja de darle vueltas a las cosas en la noche, esto de la enfermera más profesional de cualquier otra escuela. Me voy un poco confundido del área médica y voy y enfrento mi desgracia.
Aplico el consejo de la doctora, pero no funciona, después lo vuelvo a repetir una y otra vez sin parar, hasta que en una de esas caigo profundamente dormido.
Cuento escrito por: Ximena Jaqueline
