Los chicos de ToMan observaban con preocupación al alfa de mechas rubias.
Los primeros en notar los cambios en la actitud del alfa fueron Baji y Chifuyu, los cuales solían pasar gran parte de su día a lado de Kazutora, las tardes en las que solían reunirse para jugar videojuegos en casa del pelinegro habían comenzado a ser evadidas desde hace algún tiempo, de igual forma el bicolor había comenzado a poner diferentes excusas para regresar por su cuenta a su hogar. El tiempo que pasaban los tres juntos disminuyó drásticamente de un momento a otro, y aquello solo causó preocupación en ambos chicos.
¿Kazutora no estaba en problemas, cierto? Y si lo estuviera él se los contaría, ¿verdad?
El siguiente en notar que algo había cambiado fue Mikey, y si, puede parecer extraño, pero le preocupaba la falta de reacción de Kazutora ante sus chistes malos y algunos de sus insultos, de ser su amigo de siempre este no tardaría en devolverle el insulto a Mikey o intentar golpearlo, solo para ser retenido por el alfa de trenza, pero en ningún momento hubo reacción alguna en el bicolor.
Claramente nadie a excepción de Draken y Mitsuya había notado el cambio en las feromonas de Kazutora, y es que este era bastante mínimo, casi imperceptible. El amargo aroma a café de Kazutora comenzaba a sentirse dulce, y todo gracias a un pequeño omega.
[⚽️]
La razón del cambio de Kazutora tenía nombre y apellido, Hanagaki Takemichi.
Un pequeño omega de cabello azabache y ojos azulados. El alfa podía agradecer a su mala suerte con los deportes de balón el haber conocido a Takemichi, y es que, a pesar de ser bueno peleando y ser capaz de ganarle a varios tipos él solo, había una sola cosa contra la que jamás podría salir victorioso. Y esa era, el fútbol.
Todo comenzó cuando Kazutora quiso salir a despejar su mente, a pesar de que sus padres estuvieran divorciados los problemas en su casa aún continuaban de forma constante, estaba cansado de tener que escoger uno de los lados. Tanto su madre como su padre estaban equivocados al pensar que el alfa se quedaría con alguno de ellos al cumplir la mayoría de edad.
Sólo tenía que esperar dos años más para por fin independizarse y vivir una vida tranquila y alejada de sus progenitores.
El de ojos amarillos no notó el momento en el que se había acercado al campo de fútbol del parque por el que estaba caminando, por lo que se llevó una gran sorpresa cuando un balón impactó de lleno contra su rostro. El golpe logró dejarlo tirado en el piso, algo desorientado pues la fuerza con la que iba la pelota no era un juego, aquello le había dolido más que cualquier golpe recibido durante las peleas de la pandilla.
Sólo podía preguntarse quién había sido el desafortunado que lo golpeó.
Los pasos a prisa de su atacante no se hicieron esperar.
-¡Lo siento mucho! Intenté gritarte para que te hicieras a un lado, pero creo que no me escuchaste- la voz temblorosa de la persona denotaba la vergüenza y arrepentimiento, además de cierto toque de temor. Después de todo las feromonas de Kazutora dejaban en claro que no se encontraba para nada feliz.
El de ojos amarillos se encontraba dispuesto a soltar un puñetazo al chico, pero se detuvo cuando vio unos lindos ojos azules mirándolo expectantes. Kazutora quedó en blanco, frente a él se encontraba él omega más lindo que había visto en su corta vida.
Cabello azabache rizado y alborotado, perecía ser un poco menor que él, en conjunto con unas mejillas algo regordetas. Era simplemente perfecto a los ojos del alfa.
Ah, sus colmillos comenzaban a picar.
-¿Te encuentras bien?- volvió a preguntar el azabache al no recibir respuesta por parte de Kazutora.
¿Tan fuerte le había dado a la pelota?
Kazutora pareció salir de su pequeño trance, levantándose rápidamente siendo ayudado por el chico.
-Estoy bien, sólo me tomó desprevenido-respondió aún sobándose la zona afectada- Me han dado peores golpes antes.
Mentira.
-Oh, está bien.- la voz del menor aún sonaba avergonzada- ¿Seguro que no necesitas nada? Quizás sentarte o...
Kazutora no lo dejó terminar de hablar.
-Tú nombre- el alfa realmente quería saber el nombre del lindo azabache- Me gustaría saber tú nombre.
Las mejillas del chico se tornaron de un color rojizo.
-Takemichi, Takemichi Hanagaki-
El de mechas sonrió, era un nombre bonito para un omega igual de bonito.
-Un gusto Takemichi, soy Kazutora Hanemiya- se presentó, extendiendo su mano hacia el ojiazul, el cual respondió a, gesto.
-¡Takemichi!-
El grito de sus amigos lo hizo salir de su pequeña burbuja, debía volver con ellos y terminar el partido, pero Akkun y él iban en desventaja, ¿desde cuando jugar tres a dos era algo justo?
«Tú practicas desde pequeño, así que merecemos una ventaja» el argumento de Atsushi aún rondaba en su cabeza.
Una idea cruzó por su cabeza.
-Nee, Kazutora. ¿Te importaría jugar con mis amigos y yo?- se atrevió a preguntar sin esperar una respuesta afirmativa.
El mayor pareció pensarlo, esto podría terminar mal para él pero no podía decirle que no al menor.
-Claro. Después de todo no tengo nada que hacer-
Ese día, el equipo de Takemichi, Akkun y Kazutora había resultado ganador, aunque claro el de mechas no había logrado librarse de uno que otro pelotazo. Después de aquel día el alfa solía verse a menudo con Takemichi y su grupo de amigos, los cuales no tardaron en darse cuenta del interés que este tenía por su despistado amigo.
[⚽️]
Baji y Chifuyu seguían de forma discreta a Kazutora, nuevamente su amigo se había excusado para regresar solo a su hogar, pero ambos sabían que aquello no era más que una mentira.
Después de un rato llegaron a un pequeño café, algo extraño viniendo de su amigo. Ambos entraron detrás del chico, sin imaginarse que este se encontrara en una cita.
-¡¿Qué-!?- Baji no pudo ocultar su sorpresa, por lo que Chifuyu se vio en la necesidad de cubrir su boca antes de ser descubiertos.
Al parecer Baji no había sido escuchado por Kazutora, por lo que con mucho esfuerzo Chifuyu logró sacar a su capitán de aquel lugar. El de cabello largo sólo podía quejarse sobre como su mejor amigo había conseguido pareja antes que él y como un lindo omega se había fijado en alguien tan feo como Kazutora.
-¡Baji-san! Por su culpa casi nos descubren- se quejó el menor de ambos, pero aquello pareció no importarle al de ojos marrones.
El sonido de sus celulares se hizo presente, a ambos les había llegado un mensaje de texto.
De: Kazutora
Para: Baji/ Chifuyu
« Mi novio es lindo ¿cierto?»
« Hablemos más tarde del por qué me siguieron hasta el café :) »Baji y Chifuyu se miraron a los ojos, quizás espiar a Kazutora no había sido la mejor de sus ideas.
—————————————————————
Nadie me preguntó pero el aroma de Takemichi es a pan recién horneado. c:
