|| Bakery ||

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Yuzuha no es alguien que ame particularmente las cosas dulces, muy al contrario de su hermano menor Hakkai, el cual podía comer cuantos pastelillos quisiera sin empalagarse o asquearse ni un poco debido al exceso de azucares. Muchas veces el menor había insistido para que probara algunos de los pasteles y pastelillos que traía a casa, pero la iniciativa por comerlos desaparecía después del primer bocado.

Definitivamente los postres no estaban hechos para la castaña.

O eso pensaba hasta la visita de Taiju a su casa, al parecer su hermano y uno de sus amigos de la secundaria se habían reencontrado hace poco y después de haberse puesto al corriente con sus vidas, el chico le contó que estaba a punto de abrir una pastelería, la cual curiosamente se encontraba bastante cerca de su casa. Taiju felicitó a su amigo, recibiendo una invitación para él y su familia a la inauguración del lugar.

-¿Cuando es la inauguración?- preguntó Yuzuha después de unos minutos.

-Este fin de semana- respondió Taiju rápidamente, el mayor sabía que su hermana no era fanática de las cosas azucaradas, pero confiaba en las habilidades de su amigo para cambiar la perspectiva que esta tenía de los postres.

La castaña soltó un suspiro.

-¿Ya le dijiste a Hakkai?- Y antes de que Taiju pudiera responder, el menor de los Shiba apareció.

-¿Contarme qué?-

Yuzuha miró a Taiju incitándole a hablar, aquella mirada parecía decir literalmente un "vamos dile, se pondrá feliz".

-Un amigo nos invitó a la apertura de su pastelería este fin de semana- No hizo falta decir algo más para tener al ojiazul brincando de emoción.

Los Shiba mayores sonrieron al ver a su hermanito feliz, quizás en un principio la relación entre los tres hermanos había sido algo complicada y conflictiva, pero con el apoyo de sus amigos y asistiendo a terapias familiares las cosas realmente habían mejorado. Taiju sabía que gran parte de su mejora también se debía a su pequeño amigo pelinegro, aquel llorón fue uno de los pilares más importantes del Shiba durante su adolescencia, estaba agradecido con la vida por haber puesto a Hanagaki Takemichi en su vida cuando más lo necesitaron él y sus hermanos.

Esperaba que Hakkai y Yuzuha se llevaran una sorpresa al saber quien era el dueño de la pastelería, los menores tenían una buena relación con el pelinegro y si hablaba sinceramente, pensaba que sus dos hermanos preferían al Hanagaki por encima de él.

Ahora que lo recordaba, ¿Yuzuha no había tenido un "crush" en el azabache durante la secundaria?

Taiju prefirió no preguntar, después de todo eso había pasado hace varios años y no es como que su hermanita siguiera gustando de su amigo. ¿Cierto?

[🍰]

Al llegar el fin de semana, los dos de los tres Shiba se encontraban en la ceremonia de apertura de aquella pastelería. Tal como había predicho el de cabello bicolor, su hermano había saltado a los brazos del azabache al reconocerlo.

-¡Taiju! ¿Por qué no me dijiste que Takemichi era el dueño?- preguntó con cierto reproche el peliazul, mientras tanto el azabache luchaba por respirar mientras los brazos del más alto lo ahogaban en un tierno y nostálgico abrazo.- Espera.

Algo pareció iluminar los pensamientos de Hakkai.

-¡¿Yuzuha sabe que Take es el dueño?!- preguntó un poco más alarmado, soltando el agarre que tenía sobre el ojiazul.

Taiju negó ante la pregunta de su hermano menor y Hakkai parecía apunto de tener un pequeño ataque de ¿emoción?.

-C-chicos, no quiero interrumpir su platica pero es momento de entrar y atender a los clientes- informó Takemichi, señalando la larga fila de personas que comenzaba a formarse.

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