✧ ۪۪ ཻུ۪۪ Song-Fic's Compas

Pensando en ti. → Flexkato

Music corrió rápidamente para encontrarse con la parada de autobuses para tomarlo sin que este lo dejara ya que por poco y se queda dormido en su cómoda cama. Buscó entre los variados asientos que estaban a su alcance, por lo menos no iba tan lleno y se sentó cerca de la ventana para ver el paisaje. Entró una persona al autobús y allí lo vio a él, la persona que hacía su corazón latir a mil por hora.

Flex Vega era la persona que Muzikato perdiera todo el sentido en su cuerpo con tan sólo tenerlo cerca. Pero ¿cómo pasó todo esto? Pues vayamos hace algunos meses atrás, específicamente hace cinco meses, cuando Music iba tranquilamente en el autobús mirando hacia la ventana. Cuando un chico de cabello azul celeste se sentó al lado suyo, Music volteó a verlo y el chico utilizaba audífonos mientras veía su teléfono.

Fue allí cuando escuchó una melodía que agradó a sus oídos de inmediato. Su corazón sentía que se derretía cuando miró la sonrisa del peliazul. Sus mejillas se sonrojarok y volteó a ver devuelta hacia la ventana pensando en aquel chico. Y así fue todo los días, veía a aquel chico peliazul sentarse en el mismo autobús, bendiciendo los días cuando él se sentaba a su lado. Nunca entendió como él pudo estar en su cabeza todo el tiempo, no paraba de dejar de pensar en el chico de sonrisa bonita.

Music nunca le habló por pena, además de que no quería parecer un acosador montándose en el mismo autobús todos los días. Aunque pareciera que al peliazul no le importara pues siempre miraba cualquier lado menos al de Music, eso le hizo creer que el chico no tenía ningún interés en hablarle. Lo entendía, no se enamoraría de alguien quién sólo lo conoce con mirarlo en el autobús.

Pero Music tenía una pequeña esperanza en él que le decía que tendría una oportunidad con el chico si lo intentaba, no se rendiría. Así que con esa motivación un día decidió esperar al chico peliazul guardándole un asiento para él para cuando lo viera y así lo esperó, pero el chico no vino aquel día y Music le tuvo que dar ese asiento reservado a alguien más. Intentó otro día, comprando unos chocolates para compartir con él en caso de que estableciera una conversación. Pero se encontró con el autobús lleno y cuando al fin lo vio pasar quiso hablar pero no podía por lo apretado que estaba rodeado entre las personas. Cuando al fin pudo salir de eso vio que todos los chocolates estaban aplastados y se estaban derritiendo.

O aquella vez que fue a una floristería comprando unas rosas, esperando al chico peliazul pero este iba con alguien más. Se le miraba muy contento así que no le entregó las flores por la pena que iba a pasar "¿Y si ese chico era su novio?" Pensaba al oler el dulce aroma de las rosas, cuando llegó a su casa puso las flores en agua para ponerlas en su comedor y se dijo a si mismo que no pensara de que el peliazul tenía a alguien más, quizás sólo era un amigo y nada más.

Music sabía que era muy malo en el amor porque era extremadamente extraño que ese sentimiento apareciera dentro de su pecho. Nunca fue de darle rosas a alguien o comprarle chocolates porque casi nunca lo hacía, cada vez que miraba a las parejas juntas se preguntaba cuando le iba a tocar a él o ir a disfrutar las cosas que haces con otra persona diferente a ti. A veces Music pensaba que el amor no era para él y terminaba muy bateado, siempre.

Pero esa vez haría al menos el intento. Demostraría que puede hacer más que sólo mirar al chico peliazul del autobús, porque si no se adelantaba alguien más lo haría. Así que siguió con lo suyo hasta que un día, pudo al menos conseguir una conversación con él. Una vez que el chico peliazul se le soltaron algunas hojas porque el viento estaba fuerte, el cielo estaba nublado y parecía que iba a llover. Music aprovechó esa oportunidad para ayudar al chico.

—Muchas gracias, no pensé que fuera a pasar esto— dijo este acomodándose la bufanda que estaba alrededor de su cuello.

—No tienes de que preocuparte, de todas maneras los vientos son más fuerte en este tiempo— le entregó las hojas cuidando de que no se cayeran de nuevo.