Con los primeros rayos del sol calentando la tierra, dos pequeños salieron a jugar, correteando entre las hojas y olfateando su alrededor. Los dos cachorros de pelaje rojizo soltaban carcajadas, revolcándose en la tierra bajo la luz del sol que se colaba entre los huecos de los árboles, buscando sentir un poco de calor ante la brisa helada de la mañana, sin alejarse mucho de la madriguera.
Dentro de la madriguera, un zorro rojo abrió ligeramente un ojo, adormilado y cansado. Incluso si los zorros son animales nocturnos, pasar día y noche en vela, atento a todo ruido y movimiento, ha afectado mucho su sueño. Al notar la luz del día en la entrada de la madriguera, supone que se ha quedado dormido durante la noche, soltando un ligero suspiro y estirándose con pereza sobre la tierra para estar más cómodo, volviendo a dormir junto a su familia.
Pero había un problema: su familia no estaba junto a él.
Hua Cheng despertó por completo, levantando las orejas y buscando el aroma de su pareja y de sus cachorros en el lugar. Entonces escuchó risas.
Dos bolas peludas rojizas corrían de un lado a otro a unos pocos metros de la madriguera, a la vista del alfa. El zorro rojo, con una gran cicatriz en donde debería estar uno de sus ojos, salió en silencio de su refugio. Sin pleno aviso, uno de los cachorros fue tomado por sus dientes, siendo sostenido por el pellejo del cuello hasta ser colocado en el interior de la madriguera. Hua Cheng después salió a traer al otro devuelta, colocandolo junto a su otro cachorro.
"Ya les he dicho que no salgan de la madriguera."
Hua Jie y Hua Li, sus dos primeros cachorros, el par de gemelos revoltosos que alegran y llenan de ruido su hogar. Habían heredado todo de su padre, incluso el pelaje.
A-Jie apretó los labios, enrollando su cola "Es aburrido aquí adentro."
"Queremos jugar afuera" secundó A-Li "juega con nosotros, Papá."
Hua Cheng estaba bastante cansado y lleno de ansiedad en ese momento para jugar. Aún era bastante temprano y necesitaba ver a Xie Lian, saber que estaba bien.
Les preguntó "¿No tienen sueño?"
Ambos cachorros negaron con la cabeza. Hua Cheng realmente había esperado mandarlos a dormir sin que estuvieran revoloteando a su alrededor.
Hua Jie se tumbó boca arriba, girando de tanto en tanto para llenar su lomo de tierra "Ya no nos queremos esconder adentro, ¿podemos buscar un lugar más divertido para jugar?"
No nos escondemos por diversión.
Pero no podía decirle eso a sus cachorros. Si los niños piensan que juegan a las escondidas, deben dejarlos jugar a las escondidas, pero siempre con cuidado. No quería verlos asustados ni quitarles la alegría que han sentido durante meses, pensando que estaban en una aventura lejos de casa, conociendo el mundo fuera de la montaña nevada junto a sus padres.
Son conscientes de los cazadores que llegaron a la montaña meses atrás, pero Hua Cheng y Xie Lian se encargaron de no asustarlos demasiado, repitiéndoles todo el tiempo que pronto volverían a casa y que no ocurriría nada malo, que esas personas sólo estaban de paso. Sólo viajaban en familia y permanecían en su forma animal. A los niños les encantaba esa idea. Hua Cheng y Xie Lian no podían permanecer en su forma humana frente a los cazadores.
"¿Recuerdan hasta cuando tenemos que seguir escondidos?"
"Hasta que los cazadores se vayan de la montaña" corearon los dos "en ese momento se termina el juego."
Se escuchó un ruido en la entrada que podría haber alertado a Hua Cheng para proteger a los cachorros, pero al reconocer el aroma, sintió un peso menos en el cuerpo. Un zorro blanco se deslizó lentamente por la entrada. Hua Cheng soltó un suspiro, entre cansado y aliviado.
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Un Juego De Escondidas |One-Shot| |HuaLian|
FanfictionHua Cheng buscó la forma de mantener a su familia a salvo en los momentos más difíciles. Incluso si debían esconderse del mundo, mantendría a su familia unida y alejada de todo peligro mientras jugaban a las escondidas.