𝘤𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 ᴠɪ

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La emoción llegó hasta mi estómago y mi pecho, sintiendo el calor recorrer cada centímetro de mí, ¿Acaso estaba soñando? ¿Alguien debía pellizcar mi mejilla para despertarme?

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La emoción llegó hasta mi estómago y mi pecho, sintiendo el calor recorrer cada centímetro de mí, ¿Acaso estaba soñando? ¿Alguien debía pellizcar mi mejilla para despertarme?

Después de todo, había podido recibir la atención de la china de una manera en la que nunca pensé que la recibiría, además de poder acompañarla a su habitación —sitio que nunca había podido conocer en todo mi tiempo aquí—.

Caminamos a través de los pasillos de la gran casa, llegando hasta la puerta de aquella habitación. Nunca había entrado, limitándome a pasar a un lado de ella mientras me abría paso entre los pasillos para llegar a mi habitación.

La pelirrosa abrió la puerta, dejándonos pasar a Minnie y a mí delante de ella —un acto muy amable de su parte— para luego cerrar la puerta tras de sí y tras de nosotras.

Aquella habitación era bastante lujosa, podría decirse que la más bonita de aquella mansión. El olor a vainilla se encontró con mis fosas nasales, dándome oportunidad de relajarme con el aroma y la temperatura cálida de la habitación. No solo eso era lo que más llamaba mi atención, si no cómo la china se dedicó a encender cada una de las velas alrededor de toda la habitación con aquel lujoso encendedor que sacó de uno de los cajones.

La habitación pasó de verse oscura, a estar levemente iluminada por las velas y la única lámpara que se encontraba a un lado de la cama, en la mesita de noche.

Siempre pensé en cómo sería está habitación, encontrándome con la sorpresa de que... parecía una habitación bastante normal —con aquel toque innegable elegante—: un par de velas aromáticas, un pequeño incienso que había sido encendido nuevamente por la china, una gran cama minuciosamente tendida, un sillón y lo que parecía un gran armario.

Esperaba ansiosa por las palabras de la china, quien pasó a estar al frente de nosotras, mirándonos con aquella sonrisa; su mirada saltaba de mis ojos a los de la tailandesa, analizando nuestras expresiones con mucha atención.

—Miyeonie... es tu primera vez aquí, ¿Te sientes emocionada? — su tono dulzón no había desaparecido, aún haciendo presencia en sus palabras.

—Sí, ama Song, estoy muy emocionada. — no era mentira, estaba bastante ansiosa por la situación, deseando que comenzara. Así como me estuvo tratando en nuestra cita junto a Minnie, sabía que podía seguir haciéndolo ahora estando con ella aquí.

—Bien... Mimi, ¿Qué es lo primero que hacemos una vez entramos a está habitación? — su mirada pasó a la de la tailandesa, quien pareció impresionarse por la pregunta, pero más allá de eso, respondió muy segura:

—Nos cepillamos los dientes, ama Song.

—Exactamente. Minnie, ya que tú sabes de qué se trata todo esto, me vas a ayudar a darle el amor que Miyeonie tanto desea, ¿Estás de acuerdo con eso? — la pelinegra asintió sin titubear ni un segundo. —Hay un cepillo de dientes nuevo a un lado del tuyo, ese será el de Miyeon esta noche. Acompañala al baño y quiero que estén aquí en dos minutos, no más de eso.

ƒανσяιтє 𝑔𝒾𝓇𝓁 ⤏ ѕуq x 𝓘-𝓭𝓵𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora