Capituló 25

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Pasado
Junio del 2018.

Blair.

He terminado de hacer mi tarea y eso es un gran alivio porque tendré tiempo de sobra para ver alguna serie o película, podré ver la nueva temporada de Greys Anatomy sin preocupaciones, guardo todo mis cuadernos libros y mi laptop en mi mochila.

Tomó una ducha caliente y cuando terminó voy a mi armario para ponerme algo cómodo, quiero ponerme unos jeans con una camiseta de algodón pero por más que busque no encuentro la ropa y es cuando recuerdo que mi madre tomó todos mis jeans y los tiro a la basura. Ella odia que use jeans.

Tomó uno de los cientos de vestidos que ella compro para mí y escojo uno negro con mangas, la tela es de algodón y se ve cómoda para estar en casa, dejo mi cabello suelto para que se seque al aire libre. Estoy lista para ver todos los capítulos de Greys Anatomy en un día, me acuesto en mi cama y pongo Netflix en mi teléfono.

—¡Blair! ¡Blair ven ahora! — la voz de mi madre hace que inmediatamente deje lo que esté haciendo y vaya lo más rápido que puedo hacia donde está ella.

Me dirijo hacia la cocina y me detengo cuando veo a mi madre con el delantal alrededor de su diminuta cintura, no está sola, también está Amelia. Parece que amabas preparan algo de comer pero no distingo qué es lo que hay en las ollas y en ese molde.

—¿Si? — musitó y mi madre me mira.

—Ayúdame con la comida para la cena — ordena, asiento y me colocó a la par de ella para ver en qué puedo ayudarle, me encanta mucho la cocina — toma esa brocha —me señala con la mirada la brocha de cocina, la tomo — unta esa brocha de salsa y luego la pasas por las verduras que están en este molde.

Hago lo que me dice, unto la brocha de salsa y luego lo paso encima de las verduras que están en en molde, mi madre prepara un pollo al horno y Amelia se encarga del postre que por lo que veo es pastel de chocolate.

Espero que mi madre me deje comer postre, extraño el sabor del chocolate y no solo eso sino de las papas fritas y las pastas, hace más de tres años que mi madre lleva el control total de mi alimentación, no he comido nada dulce, harinas o comida chatarra durante ese tiempo. La dieta que llevo dio resultados, ya no soy un chica tan gorda, la ropa ya no me queda apretada y ahora que voy de compras y entro a cualquier tienda de ropa encuentro de mi talla y no como antes que debía ir a tienda de ropa plus porque solo ahí me quedaban, el bullying a mi físico disminuido y los chicos han empezado a verme diferente.

Él nutricionista me dejo unas pastillas para la ansiedad que me daba al comer sin hambre. Ahora como sano y ya no siento tan horrenda pero mi madre dice que aún hay cosas que debo mejorar en mí. Deje de usar mis lentes y los cambié por mis lentes de contactó, acostumbrarme a todo esto me costo demasiado y había momentos en los que solo esperaba que fuera de noche para desahogarme de toda la presión que sentía y lo que me molestaba tener que cambiar mi forma de vivir solo para que la sociedad y mi madre me aceptaran. Y en parte me sentía bien que mi madre me ayudara con el proceso aunque la mayoría de veces no fuera de la manera correcta.

Termine de embarrar las verduras de salsa y las metí al horno como dijo mi madre, limpié la área donde estaba y lavé los tratos sucios, mientras lo lavaba y quitaba mi cabello de mi rostro.

—¿Cuántas veces te he dicho que te agarres el cabello, Blair? — me quedo quieta y no me giro — es imposible que obedezcas, eres una rebelde.

BLAIR: Consecuencias de tu primer amor.    +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora