Hoy no estaba de humor. Necesitaba atención y mucho afecto, estaba tan sensible que se molestaba y lloraba por cualquier cosa.
Carola al igual que Mariana no sabían que hacer, lo tenían llorando con la cabeza entre sus piernas las cuales eran abrazadas por sus brazos. Spreen no quizo decir cual era el motivo por el cual lloraba. No tuvieron más remedio que consolarlo con palmadas suaves en su espalda, las cuales eran de parte de Mariana. Carola por su parte acariciaba su cabeza.
La puerta de la oficina del híbrido se abrió, mostrando a un agitado castaño, el cual respiraba de forma entrecortada tratando de recuperar aire, era obvio que había estado corriendo.
— ¡Spreen! — gritó preocupado por el híbrido, quién se asustó por el repentino grito, sacando su cabeza de su escondite para ver al castaño, haciendo que las lágrimas empezaran a salir con más fuerzas.
Mariana y Carola por su parte, salieron del lugar, dejando a ambos solos.
— Osito.. ¿Que pasó? — se sentó a su lado, acariciando su espalda con cuidado, mientras era abrazado por el contrario. No tardó mucho en estar sentado en el regazo del castaño, abrazándolo como si su vida dependiera de eso mientras sollozaba.
— Shh.. está bien cariño, ya estoy aquí. — besó su cabeza con cuidado y cariño, haciendo que la respiración y los sollozos del contrario empiecen a calmarse y a ser leves.
Sabía muy bien que seguramente, la razón de el llanto del contrario se debía a un mal sueño. No era la primera vez que tenía a Spreen así y sabía perfectamente que no iba a ser la última. — Juan.. ¿Vos me vas a abandonar? — sintió su corazón estrujar al tono roto del contrario — No, ¡No! Spreen ¿Que te hace pensar eso?, No sería capaz de eso y lo sabes. — el agarre sobre el menor se hizo más fuerte, sintiéndose inútil al no poder hacer nada para que el híbrido dejara de pensar en eso.
— ¿Me lo prometés..? — se separó, mirando con pena al contrario. Al no tener sus gafas, se podían ver sus ojos rojos e hinchados por el llanto. Aceptó las caricias y los dulces besos del mayor, levantando sus orejas y meneando su pequeña cola, besando sus labios.
— Te lo juro. — un lindo y largo beso se formó al unir sus bocas, disfrutando del sabor frutilla de los labios del menor y el cereza de los labios del mayor.
Se quedaron así un rato, abrazados y dándose mimos en el suelo de la oficina del menor.
Caminaba por todo el santuario, jugando y entreteniendose con lo que fuera que encontrara.Hoy había querido estar con el mayor, así que vino al santuario a buscarlo, pero no lo encontró por ningún lado, así que decidió quedarse en este para esperarlo.
— Estás re gordo vos, como se nota que Juan te da de comer una banda. — miró a puerco araña, quién estaba siendo sostenido por sus manos con cuidado de no lastimarlo con sus garras — Y bueno.. tierno si sos eh. — sonrió, dejando al puerco en el suelo, el cuál miraba con atención al híbrido. Suponía que era la pareja de su dueño Juan, y eso significaba que ya superó a la osa, de la cual todas las noches escuchaba hablar de parte del hechicero que lloraba desahogandose con el.
— ¿Spreen? — sus orejas se levantaron al escuchar la voz del castaño, sonriendo para darse la vuelta. Tal sonrisa se desvaneció al notar el moretón en el ojo del castaño, preocupándose — ¡J-juan!, ¿¡Que mierda te pasó!? — a paso rápido se acercó, acunando la cara del mayor entre sus manos con preocupación — Uhm.. no es nada cariño, solo me caí, eso es todo. — pudo notar que no mintió, pues su ropa estaba llena de polvo y su pelo despeinado con varias hojitas. Suspiró 'cosas de hechiceros' pensó.
— Vení, no podés ser tan descuidado. — de la mano, lo guió a uno de los sillones más cercanos, haciendo que se siente para sentarse alado, sacando su bandana de su cabeza y empezar a sacar con cuidado las hojas de su pelo.
Juan sonrió, viendo el ceño fruncido del contrario con dulzura. Spreen siempre se preocupaba de sobremanera cuando lo veía así, y le gustaba.
Se quedó mirando su rostros, examinando las facciones del azabache, desde sus lindos ojos y pestañas hasta sus rosados y gorditos labios. — Eres tan bonito. — Se sobresaltó ante el repentino comentario, mirando con vergüenza al castaño, todavía no se había acostumbrado a los halagos cursis y tiernos del castaño.
— Dios, que boludeces decís. — acarició sus mejillas, sonriendo con vergüenza — Pero es la verdad, bonito. — ahí estaban los apodos hacia él. Su labio tembló, haciendo que el castaño sonría, dándole un lindo beso en sus labios — Me encantas tanto Spreen.. — escondió su cabeza en el cuello del híbrido, besando con dulzura este — J-juan.. — un pequeño gemido se escapó de sus labios, ya que el mayor tenía una de sus manos en su cadera y la otra en su pequeña colita, apretándola un poco. — Ya h-hablamos de esto, Juan. — Se supone que tenía prohibido tocar su cola, al sentir otro apretón, iba a quejarse, pero el castaño no se lo permitió al tomar con los labios los suyos en un beso hambriento.
Suspiró entre el beso, dejándose llevar y abrazando al contrario.
Esperaba mañana poder caminar sin algún dolor, tenía suerte de que Juan no era tan hijo de puta.
Spruan Spruan Spruan Spruan Spruan Spruan Spruan Spruan. Ñamñamñam.
Pensé en esto para cuando tenga imaginación, se viene Spreen sirena 🥺.
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𝐎𝐧𝐞⚊𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐒𝐩𝐫𝐮𝐚𝐧ও (CANCELADA).
FanfictionMomentos tanto cortos como largos de ésta parejita de cubitos. ⌗Se shipean los cubitos/personajes, no a los streamers en sí. ⌗Contenido Soft y Angst, quizás +18 (dependiendo de mi estado de ánimo jaja).