Las vicisitudes de un adulto joven varían dependiendo del contexto, pero el que vive Sol, la protagonista de esta historia, es uno irrepetible, o al menos eso cree ella. ¿Cómo te sentirías si alguien más viviera en tu mente? ¿Cómo tomarías decisione...
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-Sábado 3 de diciembre, 8:45 am, casa de Sol-
-Soledad despierta con un dolor de cabeza molesto pero manejable. Recuerda que tenía guardadas en su dormitorio una bolsa de frituras y empieza a comerlas con cierta velocidad. Trata de recordar los eventos de la madrugada, pero no lo consigue del todo. Observa el vaso vacío en su mesa de noche, el cual aún olía a alcohol-
(G): Buenos días, ya era hora de despertar.
(S): Me siento fatal. ¿Por qué dejaste que tomara tanto?
(G): Eres una persona difícil de persuadir, Sol. Lo importante es que estás despierta. Sería bueno que vayas a la cocina a prepararte un desayuno más contundente que una bolsita de Inka Chips.
(S): No me gusta cuando tienes razón.
-Después de un completo desayuno, Soledad empieza a perder el dolor de cabeza y le es más fácil concentrarse. Su madre, quien se encontraba de viaje, la llamó para cerciorarse de que se estaba alimentando bien. Acabada su conversación telefónica, Soledad recibió otra llamada, esta vez de su padre, quien la llamaba exactamente para lo mismo. "Papá, ¿tú y mamá coordinan para llamarme y preguntarme si comí o no comí?" dijo Soledad, en un tono burlón-
Mis papás son lindos, incluso cuando están lejos. Siento que tuve suerte con ellos. Incluso después del divorcio nunca sentí lejos a ninguno. Sería lindo verlos ahorita, aunque no podría hablarles de Gonzalo. Me llevarían al Larco Herrera (centro psiquiátrico) a que me evalúen o algo así.
(G): Encuentro ese comentario algo ofensivo.
(S): No seas llorón. Oye, mientras hablaba con mis señores padres me percaté que hablamos con Wendy y Esperanza durante la madrugada. Genuinamente no recuerdo haber sido yo. ¿Intercambiamos de lugar ayer?
(G): Pues sí, lo hicimos. Me tomé la libertad de actuar para tu propio beneficio: deberías agradecerme. Hablé con Wendy para acordar una cita y hablar de lo sucedido en el baño de la universidad, creo que era necesario; a su vez, le dejé en claro a Esperanza que no puede meterse con nosotros. No debo negar que me sorprendió enterarme que ella también era una paciente, ¿quién lo diría? dos gurús en la misma ciudad, en la misma universidad.
-Soledad mantuvo un silencio momentáneo, trataba de navegar en su memoria para hacer sentido a lo que Gonzalo decía, pero no lo conseguía. Desbloqueó su celular y vio que habían algunos mensajes en audios-
(S): ¿Esperanza también tiene un gurú?
(G): Sí, nos enteramos de eso ayer, mientras estabas- bueno, estábamos en un estado deplorable por el alcohol bebido.
(S): Ignoremos esa parte. Estos audios los enviaste tú, ¿verdad?
(G): Sí. Puedes escucharlos, si quieres. Estoy seguro de que tú habrías dicho lo mismo.
