Nostalgia [LawRusso]

3

(05/2001)

-¡Johnny Johnny Johnny!

La energética voz del alfa resonó en el lugar logrando que su novio se sobresaltara dejando de lado lo que estaba haciendo.

-¿Qué te dió?

Preguntó el rubio mientras estaba debajo de su carro arreglando este.

-¡Me dieron el ascenso!

Rápidamente el omega deslizó su cuerpo con la ayuda de su tabla en la espalda para ver al pelinegro que sonreía alegre casi dando unos cuantos saltitos en su puesto.

-Me alegra, en verdad, Entonces eso significa que tenemos que celebrar ¿no?

El menor se levantó sonriendo ladino mientras se limpiaba las manos y su novio le acariciaba sus cabellos que tanto adoraba.

-Ajá ¿y si nos vamos por un viaje de carretera?

Sugirió el azabache sabiendo muy bien que un viaje era algo que no habían hecho antes llevaban juntos.

-Esta bien, pero nos vamos en moto, es más divertido.

-¿Ah?

Daniel no pudo alegar porque cuando menos se lo esperó al siguiente día el rubio ya estaba listo sonriendo divertido con su chaqueta de cuero, lentes oscuros, dos cascos en mano y él recién recibía en sus manos una maleta que contenía sus cosas para un par de días.

Suspiró una última vez para subirse a ese vehículo, le daba un tremendo miedo lo que estaba por hacer pero confiaba en su omega rudo y dominante, algo que no le sirvió de a mucho porque Johnny era un loco al volante, acelerando cuando el semáforo iba a cambiar, haciendo curvas cerradas sin miedo a morir y una velocidad realmente alta cuando había camino libre.
Cuando al fin frenó logrando que las llantas hicieran un ruido estridente y humo saliera del suelo sonrió suspirando aliviado también al sentir que su novio ya no se aferraba a su cuerpo con toda su fuerza.

-¡Llegamos!

LaRusso se lanzó al piso mientras temblaba asustado y se quitaba el casco agitado y su novio solo se reía enternecido.

-No me pienso volver a montar en esas cosas ¡o por lo menos no contigo al volante!

-Solo ven, que hay que aprovechar la plata del viejo.

El rubio alentó al alfa para que se adentrara a una cabaña de vacaciones al lado de un lago que había sido prestada por el padrastro del menor.

Ya en la tarde la pareja estaba en la terraza de la casa, solo en shorts y gafas de sol viendo el atardecer cada uno con cerveza en mano mientras escuchaban la radio y hablaban de sus vidas.

-Yo por eso terminé en el valle.

Terminó de contar Daniel mientras el contrario lo escuchaba atento logrando que  recordara aquellos tiempos, algo que no tuvo la necesidad de hacer en mucho tiempo ya que en parte lo entristecía pero ahora lo hacía, solo por aquel adorable alfa.

-Menos mal.

-¿Ah si? Te gusta que haya terminado aquí ¿no?

Johnny sonrió apenado sintiendo como repentinamente su cuerpo empezaba a calentarse, intentó ignorarlo en un inicio pensando que solo era el calor del atardecer y el calor del bosque pero su lobo simplemente se interpuso completamente ansioso, así que se terminó la cerveza que tenía en la mano y dejó la lata de lado para finalmente sentarse en el regazo del mayor apoyándose de sus hombros, Daniel solo lo veía expectante tratando de no poner una sonrisa de bobo al verlo, sus cabellos dorados, su torso blanquecino, sus ojos azules como el cielo, sus pezones, pectorales, muslos, abdomen, todo en él era un deleite de ver.