𝓘𝓷 𝓵𝓸𝓿𝓮 𝔀𝓲𝓽𝓱 𝓜𝓻. 𝓢𝓲𝓵𝓿𝓮𝓻𝓼 (I)

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-¡Ah! ¡Rayleigh! -gimió (T/N) retorciéndose de placer entre los brazos de su amado.

Él la mantenía sujeta con las piernas enredadas en su cintura y la espalda apoyada en el pared, (T/N) se sujetaba a su cuello clavándole las uñas en los hombros y él se apoyaba en la pared con ambas manos para continuar embistiendo con fuerza.

Debido a aquel encuentro de tantos otros que tuvieron, la hora y media de descanso que tenía (T/N) en el trabajo se le hizo corta de nuevo. Rayleigh siempre solía visitarla a esa hora ya fuese para tomar un café, para comer algo o para ir al almacén y devorarse mutuamente.

Se conocieron meses atrás cuando un día Rayleigh entró a la tienda de maquillaje en la que ella trabajaba, (T/N) le atendió con gusto pero sintió algo en su interior que le impedía apartar la vista de aquel hombre. En algún pequeño descuido por parte de él, ella aprovechó para examinarlo de arriba a abajo, el hombre vestía de forma formal, con pantalones negros de traje, camisa blanca y zapatos relucientes, parecía un hombre de negocios aunque no llevase ni corbata ni chaqueta.

(T/N) no solía atender mucho a ese tipo de hombres en su trabajo, ni a hombres en general a menos que fuesen buscando algún regalo para sus novias, no era habitual que buscasen maquillaje para ellos, y Rayleigh le comentó que buscaba algún regalo para su hija y algo más juvenil para su nieta pues ambas cumplían años el mismo día.

En cuanto (T/N) escuchó la palabra "nieta" se quedó a cuadros. "¿Pero usted cuántos años tiene?" le preguntó ella con total descaro dándole totalmente igual el protocolo de comportamiento frente a la clientela, se sonrojó al descubrir que se le había notado demasiado el interés pero Rayleigh simplemente rió ante su reacción.

No sería hasta unos meses después que ella descubriría que aquel hombre rondaba casi los 80 años, cuando durante un descanso en el que fueron a comer juntos a Rayleigh se le escapó que cumpliría años el 13 de mayo.

Igualmente, nada fue un impedimento para que una noche, cuando (T/N) cerró la tienda sobre las diez de la noche de un viernes, Rayleigh la esperase a la salida, la llevó a cenar y su noche terminó en un lujoso hotel en las afueras de la ciudad en el que descubrió todo de lo que era capaz un hombre con tantísima experiencia.

De aquella forma, una muchacha en su veintena quedó prendada de aquel hombre ignorando la abismal diferencia de edad.

De vuelta al presente, como de costumbre, Rayleigh cumplió a la perfección, ambos llegaron al orgasmo casi a la par y (T/N) quedó tan satisfecha que sus piernas temblaban casi impidiéndole mantenerse en pie.

Rayleigh la sujetó contra su cuerpo con firmeza y ella acarició su fuerte y musculado torso, pues a pesar de la edad, él se mantenía en una forma física increíblemente envidiable. Acarició suavemente con la punta de sus uñas pintadas de azul eléctrico el vello blanquecino canoso del pecho de Rayleigh y cerró los ojos intentando recobrar el aliento.

-No sé cómo puedes tener tantísima energía, después de esto solo me dan ganas de dormir durante horas. -rió ella.

Rayleigh cerró su brazo alrededor de su cintura y con la otra mano le acarició el pecho aún desnudo subiendo hacia su cuello, cerró la mano alrededor de éste suavemente y le hizo alzar la cabeza hacia él.

-Cuestión de práctica, pequeña. -sonrió él de forma seductora.

Tras un largo y profundo beso en el que Rayleigh marcó el ritmo de forma autoritaria, se recolocaron la ropa pues iba a dar la hora de abrir de nuevo la tienda al público. (T/N) buscó sus pantalones y su camiseta, ambos negros, y Rayleigh se abotonó la camisa para después atarse el cinturón y meter ésta por dentro. Ella se peinó un poco el cabello con los dedos recogiéndolo en una coleta alta después y juntos salieron del almacén en cuestión de minutos.

In love with Mr. Silvers {Rayleigh x Reader x Eustass Kid} [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora