Consecuencias de un Intercambio

El comunicado dentro de la valija

- Atención: Les voy a pedir que por favor se dirijan al interior de la casa y se queden allí hasta nuevo aviso. Muchas gracias. - La voz de Gran Hermano resonó en toda la casa haciendo que todos los hermanitos y hermanitas se movilizaran.

La tarde había caído y los participantes se encontraban dispersos por toda la casa, como era habitual, formando sub-grupos : Algunos se encontraban en las habitaciones, ordenándolas; Romina y Alfa se encontraban en la cocina discutiendo acerca de cómo debía de realizarse la cena y con qué ingredientes. El resto de los chicos se encontraban sentados en el jardín tomando mate. En este último grupo se encontraba Marcos y Agustín quienes no se habían despegado el uno del otro desde el regreso del último.

Desde el inicio del reality ellos habían entablado una profunda relación, al comienzo, de amistad. Cuando la casa los había rechazado se habían unido convirtiéndose en el sostén del otro. Dos meses juntos: compartiendo charlas, silencios, risas y guiños. Incluso se iban a dormir y cepillaban los dientes juntos. A Marcos le tocó pasar por el que consideró el peor momento suyo dentro de la casa: El supremo -como le llamaban al público- había decidido que en el enfrentamiento entre Agustín y Nacho sea el primero quien abandonara la casa. La ausencia del platense resultó en dos semanas en las que se notó al ojiverde cabizbajo, desganado y, principalmente, solo. Sin embargo, Agustín era un hombre de palabra y las últimas que dijo dentro de la casa, justo antes de irse, fueron tan certeras como una profecía : "En dos semanas vuelvo". Cumplió aún cuando fue uno de los desafíos más grandes para su persona.

Agustín múltiples veces había contado dentro de la casa cuán fanático del programa era y lo mucho que se había preparado a lo largo de los años para cumplir su sueño de ser recordado como uno de los mejores jugadores del reality. Si bien la salida del petiso de ojos celestes se había producido con un alto porcentaje debido a ciertos comentarios de mal gusto, gracias a haber explicado su estrategia y resultado de una ardua campaña logró reingresar a la casa en la instancia de repechaje con más del 40 % de los votos a su favor. A lo largo de dicha campaña, además de dejar en claro que cada movimiento realizado había sido resultado de una ardua planificación producto de las múltiples estrategias que creaba, afirmó de forma rotunda que, en el caso de que volviera a ingresar, continuaría jugando pero sería incapaz de traicionar a una persona: a Marcos.

Las dos semanas que los amigos se habían encontrado separados, ambos habían notado que los sentimientos que tenían el uno por el otro resultaban más profundos de lo que creían. Marcos jamás había hablado de su orientación sexual dentro de la casa, pero sí se lo había vinculado mucho con otra de las participantes: Julieta. Si bien esta última tenía a su novio esperándola afuera y jamás entre el salteño y ella había pasado algo que diera a entender que tenían onda entre sí, la producción había realizado varios de los informes semanales con intención tendenciosa, generando que los televidentes conformaran un ship al que denominaron "Marculi".

En lo que a Agustín respecta, desde el inicio dejó en claro que solo se había dado un pico con alguien de su mismo género, sin embargo había afirmado que, si sentía las ganas, no veía por qué debía de privarse de besarse con otro hombre. Las semanas posteriores, con sus dichos infortunados, había sido muy explícito respecto de sus encuentros sexuales con mujeres dando a entender que él era una persona con un sex appeal muy elevado y que disfrutaba mucho del sexo. Fuera de la casa, cuando había sido expulsado por el público, en uno de los streamings realizado para movilizar su campaña de reingreso se le había consultado si, en caso de que el salteño se encontrara dispuesto, se pondría de novio con él. A lo que Agustín tímidamente y mostrándose sumamente nervioso había dudado y luego respondido con una negativa poco firme.

La noche del reencuentro entre Agustín y Marcos el primero había ingresado corriendo a la casa gritando el nombre de su amigo con desesperación. Se habían fundido en un abrazo que más que de amigos se parecía al de dos amantes que se necesitaban para sobrevivir.