4: Adorable Secreto

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Los días transcurrieron como si nada y es que gracias a su nuevo trabajo había conseguido más que un buen sueldo y algo de tiempo para estar en casa con un horario de acuerdo a sus necesidades. Si bien no le pagaban en el día, por lo menos algunas propinas le servían para comprar cosas que faltaban para el día siguiente.

Después de aquel incidente con aquel cliente, creyó por completo que no había durado ni dos horas, pero el señor Styles pareció entenderlo sin necesidad de explicar su situación; no lo conocía del todo, pero estaba seguro de que alguien así sonaba irreal. Al final se trataba de un hombre que no tenía ni un centavo para pagar lo que comió y solo iba a los restaurantes a cobrar por algo así, al menos eso les informó cuando terminó de hablar con ese hombre, aunque hablar no había sido lo único que hizo.

Louis estaba maravillado con este trabajo, e incluso tenía planeado estar en los próximos turnos nocturnos para ganar un poco más, solo que el señor Styles le dijo algo que lo hizo aterrizar en la realidad.

__Se supone que eres un estudiante, tienes que prepararte más y no solo trabajar. Sé que el dinero es importante, pero no te descuides de algo que es para tu futuro.

Existía una pequeña verdad en eso, no podía olvidar que tenía otras responsabilidades, su tiempo estaba calculado y apenas podría con dos turnos. A veces sentía que le hablaba un señor con mucha experiencia en la vida, y no un señor de veintiocho años. ¿Qué como sabía todo eso? Casandra no se callaba nada sobre las cabezas del restaurante en el que trabajaba.

Sabía muchas cosas de las que no pidió información, y aún así parecía que sí las necesitaba para entender al señor Niall Horan y Harry Styles en muchas cosas.

Su turno terminó, mientras se cambiaba escuchaba a sus demás compañeros y compañeras hablar sobre muchas cosas poco interesantes, hasta que algo llamó su atención.

__Escuché que el señor Styles traerá a cenar a su pareja, ya sabes, al Omega que siempre dice ser su amigo.

Algo nuevo que sabía, el señor Styles no estaba soltero como hacía parecer. Tal vez por eso le hablaba de manera tan centrada, y aunque tenía solo una semana trabajando, parecía que tenía la tendencia de ser así de amable con todos por lo que sentirse especial, no entraba en esto.

Aunque él no era nadie para opinar sobre algo así.

Se despidió de todos ellos y tomó su bolso en donde guardaba su ropa de cambio y su almuerzo brindado por el restaurante, no comía ahí hasta llegar a casa y tenía que apresurarse, salió sin notar a su jefe o alguien en la recepción. Encogiéndose de hombros, retomó su camino saliendo así del local.

Era habitual que no hubieran tantas personas caminando después de las tres de la tarde, por lo que incluso tomar el bus no sería tan molesto como en las horas de la mañana. Revisó su pequeño celular esperando algún mensaje pero no había nada, por lo que esperaba llegar a casa y que todo estuviera en orden sin preocuparse demasiado.

El bus llegó a su parada y se estacionó esperando que algunos bajen o suban, después llamaría para percatarse de todo.

....

Caminaba dos cuadras antes de llegar a su casa, o habitación de tamaño mediano en alquiler, solo que tenía que caminar con cuidado sin necesidad de llamar la atención de la dueña de casa, esa mujer lo odiaba porque no pagaba a tiempo, y claro, por otras cuestiones que lo mejor era no hablar.

Le fue inevitable no soltar un suspiro cuando pudo ingresar a su habitación sin que saliera esa mujer. Escuchó risas tanto de su amiga como las de su pequeña hija de apenas cinco años, la razón por las que podría soportar muchas cosas por verla sonreír, con tan solo veinticinco años ya sabía lo que era una caída de realidad cruda y sin tapujos.

PAPÁ EN RENTA  (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora