𝙻𝚄𝙲𝙺𝚈 𝙲𝙷𝙰𝚁𝙼𝚂!

2

Ya habían pasado un par de días. En uno de ellos como ya se había mencionado, había salido con el estadounidense, este le llevo al lugar prometido y seria mentira decir que no se divirtió.

Desde esa pequeña cita no oficial empezaron a hablar, claro, hasta que cierto chileno se enteró de la salida.

— ¿¡Saliste con USA?!

— Ya te dije que si...

México salió de la habitación tratando de huir de su mejor amigo pero este lo siguió aún incluso cuando se encerró en el baño.

— ¡Ya déjame! ¿En que te afecta? Solo fue una vez.

— ¡Lo conozco del trabajo! Es amigo de Ale. Podemos salir en citas dobles.

Habló contra la puerta sabiendo que México lo estaría escuchando también recargado en la puerta.

— No salgo a citas.

— Pero ya saliste a una~

— ¡Solo lo hice por que era mi cereal favorito!

— Ay por favor. Se que te gustó. Que tiene de malo una cita con él.

Chile habló en un tono más serio logrando que el moreno saliera de su escondite ya fastidiado.

— ¿Sabes cuál es la única cita que quiero en mi vida?

Preguntó poniendo sus manos en la cintura. Ignorando el hecho de que su amigo había sacado su teléfono.

— No, por favor iluminame.

Mantuvo aun su expresión viendo como el mexicano tenía un pequeño temblor en el ojo.

— La única cita que aceptaré es una en la que mi trasero esté en la cama, con mi pijama, un tazón grande, ¡Enorme! De Lucky Charms mientras que veo la película de terror más sangrienta y asquerosa que me encuentre. ¿Entiendes?

— Si, lo tengo nos vemos después.

El mexicano vio como su mejor amigo salía de su casa. Sin embargo, mientras lo veía irse, no era consciente de cierto mensaje de voz que fue mandado a cierto rubio.

— Me asegurare de que tengas esa cita Mex...

Murmuró con una sonrisa malévola a la par de que recibía ya una respuesta.

Dos día después, México tenía al estadounidense en la puerta de su casa con una película en sus manos y una caja grande de el cereal favorito de el moreno.

— ¿Qué haces aquí?

— Vengo a nuestra cita.

— ¿Cita?

— Chile me contó como seria tu cita ideal. Así que, aquí estoy.

— Esa lagartija...

Bufó al más bajo dejándolo pasar sin importarle demasiado que aun estuviera en pijama.

— ¿En dónde quieres que veamos la película?

— En la sala.

Se apresuró a decir.

— Ni loco entrarás a mi habitación.

— Como tu ordenes. ¿Qué tal si tu pones la película y yo sirvo el cereal?

— Mmh... claro.

Unos minutos más tarde, los dos ya estaban sentados en el gran sillón de la sala de estar, viendo justamente lo que el mexicano había dicho. Una película de terror sangrienta.

El antes mencionado no tenía problema con las escenas, veía lo que pasaba con tranquilidad mientras comía como si no lo hubiera hecho en mucho tiempo. Por otro lado, USA veía horrorizado cada escena, sintiendo su estomago revuelto, tanto que decidió dejar de lado su cereal.

Miraba cada tanto al chico a su lado, viendo como este comía sin problemas o sin hacer muecas.

— ¿Te sientes bien?

México le preguntó al darse cuenta de las expresiones contrarias.

— S-Si...

— ¿Seguro?

— Of course

El más bajo siguió observando al estadounidense y en contra de sus principios, dejó su tazon en la mesa de centro para después acercarse más al rubio y al estar cerca de él. Se acomodó abrazando su brazo y recargando su cabeza en el hombro ajeno.

USA sonrio ante aquello. Sabiendo que lo hizo más que nada por su cada espantada, pero él tomo la iniciativa de todos modos. Así que no desaprovechó la oportunidad y se acurruco junto a el olvidando de inmediato la película que estaban viendo, dejándose llevar por la cercanía de México.

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