Intro.

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En lo profundo del bosque, una mujer permanece encerrada bajo las cuatro paredes de una cabaña. Ella duerme, o al menos eso intenta. Está sola, su cuerpo débil recostado sobre la fría madera. La herida sobre su estómago la hizo perder mucha sangre y el frío no ayuda a apaciguar el dolor.

Desde lejos, un fuerte portazo la hace sobresaltar.

Coeur. —Esa voz. Todo su cuerpo se estremece—. He vuelto.

La puerta del cuarto donde la joven permanece encerrada se abre y sus ojos vuelan a las botas del sujeto que camina a paso lento hacia ella.

—No... —murmura.

El sujeto se arrodilla a centímetros de la mujer y la toma de la barbilla, obligándola a mirarlo.

—Por favor —suplica—, no me hagas daño.

Él sonríe, pero no de forma macabra, si no mas bien con extraña dulzura.

—¿Cómo puedes pedirme eso luego de todo el daño que me has hecho, Coeur? No me parece algo justo.

—Te lo ruego.

—¿Me lo ruegas? —Él aprieta su agarre. El dolor llenando cada parte de sus ojos—. Eres un ser odioso, asqueroso y repugnante. No has hecho más que jugar conmigo, más que aprovecharte. ¿Me ruegas? Yo supliqué, te rogué, te ofrecí todo de mi y aun así me dejaste. Me abandonaste, Coeur. Como te dije antes, no me parece justo que me pidas algo como eso.

—Volveré contigo.

Él suelta una fuerte carcajada, llena de dolor e ironía.

—No puedes volver si ya estás aquí. Conmigo.

Bloody ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora