Agatha se detiene frente a una gran puerta y la señala.
—Hemos llegado, señorita. Si me disculpa, tengo cosas que hacer. —Hace un leve gesto con la cabeza y se marcha rápidamente, dejándome sola.
Esto será fácil, siempre lo es.
—De acuerdo.
—De acuerdo, ¿qué?
Suelto una maldición y me giro sobre mis propios pies, con una mano sobre mi corazón.
—¿Qué demonios te pasa? Maldito idiota —murmuro eso último.
—Vaya, lo siento mucho. Solo quería ver a mi madre, que para tu mala suerte, se encuentra justo detrás de esa puerta con la que conversabas.
—No conversaba con la puerta —respondo, reacia.
—Esta bien, lo que tu digas.
Me le quedo mirando unos instantes. Tal vez demasiados largos.
—Ehh... Mi madre —señala la puerta detrás de mi, una sonrisa asomándose en su rostro.
—Claro. —Tal vez pueda entrar con él. Me hago a un lado y lo dejo continuar. Al pasar a mi lado, roza mi hombro. Pienso que no se detendrá, pero en el momento en q pone una mano sobre la manija voltea a verme.
—¿Entonces tu eres?
—Emma.
—¿Woods?
—Sí.
—Ya.
—¿Tú?
—Damen.
El hijo de Eloise y Marco Rousseau. Genial. Va vestido bastante casual, unos jeans negros un poco sueltos y una remera lisa blanca. Tiene el cabello castaño con corte high fade desordenado —conste que se diferenciar los cortes gracias a un conocido— y unos preciosos ojos verdes. Su mirada es cálida al igual que su sonrisa.
—Así que, Emma, mis padres me han hablado un poco de ti. Y al parecer acabas de llegar. ¿Te parece si te llevo con ellos?
La de damisela no me va, pero...—De acuerdo, gracias. Voy detrás de ti.
Asiente y entra a la habitación conmigo pisándole los pies. No alcanzo a cerrar la puerta cuando un niño pega un gritillo y se trepa en mi pierna.
—¡Gerth! —Una mujer delgada de cabello castaño se levanta furiosa del sofá y toma al niño de la mano, arrastrándolo devuelta al sofá. El niño, que ahora esta sentado con los piesitos colgando, se cruza de brazos y mira hacia otro lado, molesto. La mujer se pasa las manos por su sofisticado vestido y se gira hacia mi, con una dulce sonrisa en el rostro—. Lo siento mucho, Emma, no suele hacer ese tipo de cosas.
—No se preocupe.
—Solo hemos hablado por llamada, así que me presento formalmente: Soy Eloise Rousseau.
La verdad, ya se quien es ella y su marido, también sé que tienen cuatro hijos de los cuales no encontré absolutamente nada. Los he googleado unas cuantas veces, aunque claro, decido omitir ese detalle.
ESTÁS LEYENDO
Bloody ©
Mystère / Thriller«Ella es fuego, y no busca a alguien que la apague, sino a alguien que esté dispuesto a arder con ella.» Fecha de actualización: Sábados. [EN CURSO] [BORRADOR] [PROHIBIDA LA COPIA/ADAPTACIÓN]