"Está oscuro aquí"
"¿Dónde estoy?"Visiones violentas, la sangre que resbala por el filo de la espada, lágrimas tan saladas, gritos "¡no tú! ¡No tú! ¡Dios mío!"
"Esto no está pasando, esto no está pasando"
"Dios..."
"Está oscuro aquí...tan cálido"
Sus ojos se abren, los golpecitos contra su rostro de las luces le hacen despertar, su visión esclarece encontrándose con la vista exterior que ofrece la ventana de un auto en movimiento, se da cuenta también que aquella cómoda calidez es gracias a un abrigo de cuero, pero no de él, entonces levanta su cabeza y tan pronto como reconoce ese rostro da una suave sonrisa.
–Ülum... –.
–Oh, despertaste ¿la pastilla hizo efecto? –.
–...¿pastilla? –.
–Bebiste de más, amigo. Fuimos a una farmacia por medicamento para ti, estabas muriendo –ríe el joven de piel oscura, entonces no había de qué preocuparse, pensó el contrario. Pues esa risa le causa la más pura tranquilidad.
–oh, eso...ya veo –balbucea observando a su alrededor, las calles que ve a través de la ventana, solo escuchando las palabras de su amigo. No sabe dónde está y eso lo nota el joven que lo acompaña en el asiento trasero del auto.
–Ilati ¿quieres ir por una hamburguesa? Moderna ¿podemos ir a comer una? –cuál niño ilusionado que pregunta a su madre, pregunta a la mujer quien conduce el auto.
–Claro, amorcito. Es bueno que comas algo para el mareo, Ilati –añade la mujer con esa cálida voz de madre que hace sentir en el joven una extraña paz, un sentimiento en el ambiente de que pertenece aquí, ellos lo quieren y no lo ven como un desconocido, pero, desearía fuera recíproco.
–Oye, niño. Realmente nos asustaste –habla una nueva voz desde el asiento del copiloto: un hombre de pequeña estatura y piel violeta, y en su cara solo yace una boca que le sonríe de una forma amigable. Ilati al verlo, llega una brisa fresca y necesaria, ahora lo recuerda, recuerda a las personas que están con él.
–¡Negativo! –.
–Ese soy yo ¿estás bien? Niño–.
Ülum le ve extrañado, y lleva su mano al hombro de Ilati, llamando así su atención.
–¿cuál es tu nombre? –.
–Ilati...–vuelve esa confusión a él ¿por qué le hace esa pregunta tan de repente?
–¿quienes son tus amigos? –.
–Ustedes...–.
–Nómbralos –.
–Ülum, Moderna, Negativo, el doctor Aracne y el doctor Lume –¿quienes son esos dos últimos? Su voz respondió automáticamente, en algún lugar de su cabeza guarda las respuestas que no logra ver, eso solo lo confunde más de lo que ya ha estado.
–¿Recuerdas que ocurrió antes de dormir? –la sonrisa de su amigo hace que aquella pregunta no le aterre tanto, espera que su voz reaccione de manera automática otra vez, queda en silencio esperando; sólo escuchando los latidos de su corazón que hacen eco en sus recuerdos vacíos ¿qué pasará si no responde correctamente? ¿Acaso pedirá más explicaciones? Con un simple "no" podría salir de esta, pero ¿y si eso quiere que responda? ¿Acaso existe una respuesta concreta? ¿Y sí su amigo transforma su brazo en un afilado cuchillo listo para atravesar su pecho si da una respuesta errónea?
Pero para su suerte o desgracia, el auto recibe un violento golpe que sacude a todos dentro, tomándolos por sorpresa.
–¡¿Qué fue eso?! –Pregunta la mujer viendo por el espejo retrovisor en busca de una respuesta, y esta ahí está: una camioneta blanca de vidrios polarizados que va tras ellos.
–¡¿Y ese quién es?! –gruñe el hombre bajito dejando salir su cabeza por la ventana del auto –¡Hey, fíjate por dónde vas! ¡Tarado!
El rugido del otro auto hace que la mujer tome al hombre por el cuello y lo devuelva hacia dentro gritando que se calle.
–quizá quiere pasar primero...–dice Moderna haciendo girar el volante de su auto, pero para la sorpresa de todos, el coche no avanza, más bien conduce nuevamente tras de ellos propinando un nuevo golpe al coche, está vez más fuerte–¡nos quiere derribar!
Aprieta sus manos contra el volante de cadena y presiona el acelerador, pero tan pronto los rugidos de la camioneta suenan cada vez más cerca, la mujer echa cortos vistazos al espejo retrovisor deseando haberlo perdido, para su desgracia no es así. Ambos autos rugen a través de la oscura carretera, ahora las luces del exterior corren como pequeñas líneas luminosas que iluminan con parpadeos coloridos el interior del auto, los movimientos frenéticos del coche solo hacen al joven aferrarse de su amigo y del cinturón de seguridad.
–tomaré un atajo, sosténganse –grita la mujer perdiendo su voz entre el viento y el bramido de ambos coches.
Dicho y hecho, todos se aferran a su asiento sintiendo rebote tras rebote del nuevo camino rocoso que ha tomado, el extraño continúa aferrado a seguirlos, esta vez acelerando aún más, el coche de la mujer da un giro tomando el camino contrario haciendo que las llantas rasguñen las pequeñas rocas del lugar y dejando el polvo levitar como una nube propulsora, entonces es cuando dejan de escuchar al otro auto.
–¿Lo perdimos? –Pregunta quien está al volante bajando la velocidad del coche.
–Creo que sí –responde Ülum echando un vistazo a través de la luneta, el polvo aún obstruye su visión, pero no hay señales de las luces del otro auto–parece que sí.
Pero como un demonio saliendo del averno mostrando sus brillantes ojos tan amenazante arrojando un rugido que eriza los cabellos de todos dentro del coche, vuelve aquel auto, enojado como si de una bestia se tratase, golpeando el coche sin piedad y alcanzando a este apenas se alejan unos centímetros, Morderna aferra sus manos al volante dispuesta a darlo todo para sobrevivir de aquella persona desconocida. Los golpes cesan, pero no para bien pues aquel coche avanza hasta quedar a un lado del piloto.
–¡¿Qué quieres?! ¡¿Quién eres?! –grita su interrogatorio mezclando su voz con el viento.
El silencio de quien solo se permite ver su silueta es suficiente para aterrar a la mujer, pero prestando más atención a la oscuridad, ve la mano de aquel sujeto quien señala al asiento trasero de su coche, esto la hace ver por el espejo retrovisor panorámico, y como si el destino se lo gritara, la primera persona que ve es al joven quien está aferrado a su amigo, aún sin comprender lo que está pasando.
–¿Ilati? –se pregunta, y como si aquel otro sujeto pudiese leer los labios de ella, asiente.
Volviendo al volante empujando la camioneta hacia el auto de la mujer; sus manos ya están temblando y la luz que abre camino en la oscuridad no muestra nada más que un camino rocoso, pero entonces, unos pequeños golpes contra los cristales del auto llaman su atención, aquellos frutos alargados de aspecto como el maíz, con pequeños granos rojos y jugosos son los responsables.
–¡Estamos cerca de la casa de Aracne! ¡Sujétense nuevamente, esta es la buena! –con total seguridad presiona el acelerador abriendo paso entre la cosecha de frutos, los cristales se mojan con el jugo rojo de los granos de ese extraño maíz, el limpia parabrisas revolotea sin parar, los corazones de todos están acelerados, los frutos que rasguñan el auto como huyendo de las garras de una bestia, para finalmente salir un grito de alegría por parte de la mujer. Está claro, aquel hombre no cruzó por la cosecha.
–¿están todos bien ?–pregunta bajando la velocidad de su auto, yendo a su nuevo destino, y encontrándose con la sorpresa de que algunos frutos habían entrado al auto.
ESTÁS LEYENDO
IlütuXz
Science Fiction꙰꙳ ✧ ⋆ ꙳ *☆ Despertar en un lugar desconocido, con pocos conocidos y tu mejor amigo te odia. Los deseos egoístas de Ilati lo llevan a un nuevo y extraño universo donde debe mantenerse a salvo de dos amenazas, una fuera de su entendimiento. Pium pium...