✧ Meiosis II ✧

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–¿Quién? –pregunta Ülum siguiendo la mirada de Ilati–oh, eso. Sinceramente no me llamó la atención su música, Negativo me regaló el póster en un intento de volverme su fan, solo lo conservo por educación.
Las palabras del joven no hacen reacción alguna en el otro, un poco irritado, Ülum agita su mano entrometiéndose en el campo de visión de Ilati logrando que al fin reaccionara.
–Pero bueno...que bueno que despertaste –comenta tras un suspiro–Moderna me pidió cuidarte para que no te mordieras la lengua, pero parece estás mejor. Mañana debo ir a trabajar, buenas noches.
Toma la sábana recostándose en la cama, el simple roce de Ülum contra el cuerpo de Ilati lo hace sentirse incómodo y levantarse de la cama causando confusión en el otro.
–Dormiré en la sala, ya he abusado bastante de tus cosas: arriesgaste tu vida, tomé ropa tuya, retrasé tus horas de dormir, ahora tu cama. Ya ha sido bastante –comenta en un susurro jugueteando con su largo cabello. Pero una risa forzada y burlona sale de Ülum.
–La sala. Suerte con eso, Moderna y Negativo están viendo películas y casi siempre se ponen cursis, solo intenta no morir de incomodidad por haya –dice dando la espalda a Ilati–por mi parte no me molesta que duermas conmigo, ademas, hace frío en las noches y si duermes solo probablemente despiertes con hipotermia.
–¿por qué tan de repente ya no te molesta mi presencia? –cuestiona Ilati arrugando su nariz, la bipolaridad del muchacho lo hace sentir aún más incómodo.
–Porque tu no eres él, eres incluso más estúpido que él. No representas un peligro para nosotros –.
–¿cómo puedes estar tan seguro? –.
Entonces Ülum dirige su atención al menor, esto hace a Ilati sentir un escalofrío electrizante que sube hasta su cabeza, y esta aumenta cuando Ülum se pone de pie para ponerse frente a él, la diferencia de tamaños no hace más que sentir diminuto a Ilati.
–porque ya estarías muerto, no por mí. Kudjo estuvo a punto de matarte por obstrucción respiratoria y tu no hacías otra cosa que llorar y patalear; como si eso fuera a salvarte. Si fueras un peligro ya te habrías convertido en arma y acabarías con todos –.
Ilati decide no cuestionar, la voz y la mirada del mayor lo hacen mantener su boca sellada por el miedo que le causa.
–solo acuéstate. Mañana veremos que hacemos contigo. Tengo que levantarme temprano para ir a Blytz –Ülum nota la reacción de Ilati suavizando su mirada y volviendo a la cama, no quiere problemas con Moderna si este llegaba a decirle que Ülum lo había intimidado.
Ilati cede más por miedo que por voluntad propia, ahora se siente como un intruso, o al menos así se ve a los ojos de Ülum. A pesar de su interna incomodidad y culpa, esta disipa cuando toca la cama, el blando colchón, las suaves sábanas, el frío que otorga la almohada y el calor tan acogedor que desprende quien está a su lado. Ilati extrañaba esa sensación. Después de lo que había pasado esto era como el cielo, un cielo al que no pertenece, como una polilla tratando de estar con las mariposas.
El sentimiento de sentirse ajeno y el peso en su pecho le torturan como pequeñas agujas sobre su piel, modula su respiración que amenaza con desprender sollozos, cierra su ojos sintiendo seguro recordando lo que sí le pertenece, donde no era un extraño, donde era feliz, recordando a quien era su verdadero amigo.
Tantas remembranzas que le hacen sonreír: su madre adoptiva, el sonido de las cerdas del cepillo con el que su madre cepillaba su largo cabello cuando niño, momentos con el Ülum de su universo desde niños hasta su adolescencia, tan hermoso, tan acogedor y tan suyo, pero pronto como molestos destellos llega a su mente el filo de la espada que atravesaba el rostro de quien ahora yace con vida a su lado, la sangre resbalar por la carne perforada hasta gotear en el suelo, la piel que se estira ante la espada que la desprende, los gritos de horror, de angustia y el llanto. Un sollozo es arrojado involuntariamente por Ilati abriendo sus ojos nada grato de aquellas remembranzas, cubre su boca con las manos temblorosas temiendo despertar al mayor. Vuelve a cerrar sus ojos, pero por más que trata de recordar, simplemente no hay nada: una neblina frente a él, los ecos de lo que antes fue un recuerdo, ya ni siquiera recuerda porque lloraba, sabe qué hay algo, pero no puede verlo, simplemente ya no puede recordarlo. Esto desespera al joven apretando sus ojos forzándose en recordar, su madre, su amigo, su abuela, su familia, a la gente de su reino.
Su madre, su abuela.
Nadie. No recuerda a nadie.
Nada, ya no recuerda nada, ni siquiera las voces de los fantasmas, no hay ninguna pizca que le sea familiar. Ahora solo recuerda lo que sucedió desde que despertó en el coche, abre sus ojos nulos de expresión, nublados, sin saber a donde ver. Pero el sentimiento de haber perdido algo importante es aplastante, tanto que le obliga a derramar lágrimas agrias, no sabe porque está llorando, está confundido como un niño perdido, lleva las manos a su rostro cubriéndolo por completo permitiéndose llorar bajo sus manos que privan cualquier ruido.

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⏰ Última actualización: May 06, 2023 ⏰

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