El ala era gris, fría y austera. Una decena de pacientes asombrados miraban a Laura con sorpresa. "¿ Dónde cojones me han metido?" se preguntaba. Recorrió uno de los largos pasillos hasta la que sería su nueva habitación: la 111.
Apagada, vacía, solamente habían dos sillones junto a dos camillas, a ambos lados los armarios y un baño al lado de la entrada. Disponía de un lavabo y un retrete metálicos, este último carecía de tapa y cubierta. " Es una cárcel" se decía.
- Y esta es tu cama Laura - le dijo la enfermera- tienes que hacerla todas las mañanas a las ocho y media, además de asearte y cambiarte el pijama.
¿Era un hospital o un internado? Se quedó mirando a la enfermera, la cual detectó el miedo de Laura en sus ojos y manos temblorosas."Puedes quedarte en tu habitación por ser el primer día y te llevaremos la comida, ya que entendemos que estés nerviosa" dijo la joven enfermera. A Laura le tranquilizó a pesar de la rabia. Era bajita, morena, el pelo cobrizo y llevaba unas gafas de pasta blancas que le resaltaban los grisáceos ojos. "Puedes llamarme Belén. Ya nos irás conociendo a todos y podrás llamarnos si necesitas cualquier cosa".
Una vez la dejaron sola y habiéndole presentado a Sara, su compañera de habitación, decidió dar un paseo por aquella escasa ala. Un comedor se asomaba en la entrada, y al fondo, una sala que contaba con libros y dos sofás. Las vistas daban al verdoso monte de la ciudad, aunque no podía respirar su aire puro.
Se dio cuatro paseos más. Cuánto había pasado, ¿cinco minutos? estar aislada era una pesadilla. Fue entonces cuando se cruzó con una chica que apenas pasaba de los veinticinco años, de baja estatura y largos cabellos negros. " Hola, me llamo Silvia. Se nota que es la primera vez que estás ingresada. Ven, vamos a jugar al parchís en la sala, seguro que estarás cómoda." Mejor eso que otro monótono paseo.
Allí se encontró a otra chica de su edad, acompañada de dos muchachos y un joven de unos treinta años. No supo por qué, pero intuyó que los días allí iban a ser menos aburridos.
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Lo que la boca calla
General FictionUna persona, una mente y un bache que no le permite levantarse.