El Guerrero Negro

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Los arboles danzando, el sonido del aire al cruzar por sus bastas hojas, y estas cayendo lentamente al suelo le encantaban al guerrero oscuro, tanta paz y tranquilidad lo hacían olvidar, aunque sea por un breve momento, todo el infierno que ha tenido que pasar.

El guerrero oscuro tomaba un pequeño descanso sentado debajo de un árbol, dejando que la paz que tanto anhelaba cubriera la oscuridad de su mente, pero lo que mas temía se hizo realidad, la paz no pudo vencer a la oscuridad, y antes de que aquellos recuerdo volvieran a su memoria decidió levantarse.

El guerrero dio un ultimo vistazo al movimiento de los arboles y se preparo para marchar.

Pero entonces.

-¡¡¡AYUDAAA!!!–

Escuchó un grito ensordecedor a unos metros detrás de él.

-¡¡¡POR FAVOR!!!–

Al girarse pudo ver entre los árboles y la maleza a una niña gritando, seguramente con todas las fuerzas de sus pulmones, hacia el cielo, mientras sostenía a otra niña más pequeña.

-¡¡¡AYUDENMEEE!!!–

Fue menos de un segundo, pero pudo ver el brillo de una espada a centímetros de su cuello. Su cuerpo reacciono antes que su mente saliendo disparado hacia la niña.

A pesar que se encontraba varios metros lejos de ella, no le tomo ni un segundo en llegar hasta ella.

Con un movimiento limpio de sus manos desvió la espada que amenazaba su vida y sujeto por la cabeza a los dos hombres que no dudaron en intentar matar a una niña.

El guerrero no dudaría en matar a cualquiera que amenazara a un infante inocente, pero antes que sus manos aplastaran sus cráneos pudo ver la bandera de un reino en las armaduras, no perdonaría a tales monstruos, pero tampoco quería verse involucrado en temas bélicos, así que antes de proceder decidió preguntar.

- ¿Qué está pasando aquí? –

Tal vez fue por el miedo o la impresión, o talvez los dos, pero ninguno de los dos respondió, solo intentaban con todas sus fuerzas soltarse del increíble agarre del guerrero oscuro.

El guerrero no estaba dispuesto a esperar más, pero entonces recordó a las pequeñas detrás de él.

-No vale la pena– dijo el guerrero oscuro para después azotar las cabezas de los dos hombres entre sí y dejarlos caer al suelo.

"Ya volveré por ustedes luego" pensó el guerrero mientras miraba a los hombres noqueados en el suelo.

El guerrero oscuro dio la vuelta y vio directamente a la niña, parecía asustada, estaba asustada. Tenia lagrimas en sus ojos, pero aun así lo miraba fijamente con un alivio y esperanza gigantescos.

El guerrero dirigió su mano derecha a una bolsa pequeña en su cintura. Por alguna razón la niña se vio un poco asustada.

Al final saco una poción de color azul y se la extendió a la niña.

Confundida y sin saber que hacer, la niña alzo lentamente sus brazos para tomar la poción, pero antes de hacerlo el guerrero negro retiro ligeramente la mano.

La niña asustada, creyendo que cometió un error, intento disculparse, pero el guerrero la interrumpió antes de que la primera disculpa saliera de su boca.

- ¿Cómo te llamas? – pregunto

-Enri Emmot– dijo Enri nerviosa.

-Lo hiciste bien Enri, lo hiciste más que bien– el guerrero negro se arrodillo para estar a la misma altura que Enri, puso la poción en las manos de la niña y con sus gigantescas manos cerro las de ella.

Overlord: El Héroe obscuro y el Rey No-MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora