Una Vida a tu Lado [TERMINADA]

"71"

Narra Fabián Hoffman

Entramos en la casa, Elena y Jake se quedaron en la entrada, observando todo. Grecia estaba abrazada a sí misma y con los párpados hinchados. No había hablado en un buen rato, miraba a su mamá pero en especial al niño, el cual no se separaba de la mujer que él creía su madre.

—Esta es nuestra casa —habló Grecia —Hace nueve años la compramos mamá —se acercó a ella y la encamino más hacia adentro

—¿Vamos a quedarnos aquí? —dijo el niño con la brazos cruzados

Grecia no se atrevía a decirle ni una palabra

Suspiré y me acerqué a mi hijo

—Tu y... Tu mamá se va a quedar aquí, conmigo y con mi esposa. No te preocupes, todo estará bien —puse una de mis manos en su hombro

El asintió y se relajo un poco

—Tengo hambre —sonreí levemente

—Prepararé algo que te guste ¿Si?

[...]

Elena y Grecia estaban en la habitación, ambas tenían mucho tiempo ahí, supongo que hablando de todo lo que pasó en estos años. De mi supuesta muerte, su secuestro, su embarazo y después como nos separamos. 

Jake estaba en la encimera, con los codos sobre esta, tenía los labios fruncidos. Yo preparaba pasta, no sabía mucho de cocina. 

—¿Y esa cara? —le dije

Él suspiró y negó

—Dime Jake...¿Cómo es tu papá?

Quería saber sobre Albert, y también saber qué era lo que le enseñaba a mi hijo. El me miró un segundo, dudó en hablar hasta que.

—A el le gusta el orden en casa —tenía la mirada perdida 

—¿A si?

—Si. Siempre quiere que haga lo que él diga y valla a entrenar —fruncí el ceño

—¿Entrenar?

—Si, con los guardias, me enseñan a pelear y me muestran armas

Intente disimular mi enojo, a un niño de ocho años no se le enseñan armas ¿Que quería crear? ¿Un mini sicario? 

—¿Nada más? —bajó la cabeza —Puedes confiar en mí, Jake

—A veces le grita a mamá, y también a veces la golpeó...una vez quise defenderla pero luego me pegó a mi —sus ojitos verdes se cristalizaron —Grito mucho, desde ese día no le volví a gritar.

Me acerque a él y lo cargue, él rodeó mi cuello y me abrazó fuertemente. Lo oí sollozar y acaricié su cabello.

—Papá a veces es muy malo —sollozó

—Tranquilo ¿Si? Jake. El ya no te hará más daño —Lo bajé y puse en el taburete de nuevo  —¿Ya quieres comer?

El solo asintió secando sus mejillas. Comencé a servir para ambos, le puse el plato frente a él. Rato después volvió a hablar.

—¿Desde cuándo estás casado? —ya se le había pasado lo reciente

—Hace nueve años nos casamos… Pero —quería empezar siendo su amigo —Fue por un contrato —frunció el ceño

—¿La compraste? —río un poco

—¡No! no —le devolví la risa —Fue un acuerdo que tuve con sus padres y ella aceptó, luego nos enamoramos —conté