Diciembre[Sellen]

6

3 años después

Justo cuando logró cerrar los ojos el estrepitoso ruido del despertador estaba llenando el lugar, los quejidos de la persona a su lado pidiendo por mitigar el ruido lo hicieron abrir los ojos. Podía jurar que hace tan sólo unos segundos aquel reloj marcaba las 3 am y no las 7 am.

Suelta un suspiro y se levanta de la cama para ver a su querida esposa y madre de su hijo, dormir plácidamente. Habían pasado una noche de terror, Hyeongjun lloró toda la noche y no sabían qué hacer, Serim sin tener que pensarlo mucho tomó una chamarra y las llaves del auto para hacer que Chaein tomara al niño e ir al hospital para ver a su pediatra.

Hyeongjun tenía una infección estomacal y sus cólicos eran tan fuertes que no había parado de llorar; los padres del pequeño se encontraban angustiados pues de no haber tomado la decisión del ir al hospital su pequeño seguiría en casa soportando el dolor sin que ellos pudieran ayudarlo. Hyeongjun era un niño sano, desde su nacimiento solo había enfermado tres veces, las dos primeras no habían sido más que gripas que lo dejaron en cama todo el tiempo porque no quería comer nada por el dolor de su garganta inflamada. El niño apenas hablaba con palabras cortas y mal pronunciadas; para sus padres era tan difícil saber que era lo que necesitaba cuando lloraba y no podía expresarse correctamente.

Podían sentir la frustración del pequeño por no poder decir lo que tenía por decir.

Era domingo por la mañana y Hyeongjun parecía mejor que en la noche, dormía tranquilo en su cuna con su conejo de peluche en brazos y su sábanas bien agarradas en su pequeño puño. Serim baja a la cocina a preparar el desayuno, está cansado pero sabe que Chaein lo está más pues fue ella quien durmió a Hyeongjun en cuanto llegaron del hospital; no hace nada extravagante pues la ama de llaves siempre dejaba guarniciones listas para el fin de semana. Sus días libres. Enciende una hornilla de la estufa y coloca un sartén para que empiece a calentar su superficie, pone un poco de aceite y después rompe 10 huevos, con los huevos en procesos enciende la cafetera y deja que el café se haga solo.

Suspira.

Hay días en los que los recuerdos lo invaden y se encuentra comparando su pasado y su presente. Él nunca preparó el desayuno antes. Se encuentra moviendo los huevos del sartén mientras sus pensamientos se van al posible paradero del menor; nadie sabe nada de él desde hace dos años, siente que es su culpa que haya tenido que dejar todo atrás pero está cansado de bajar la cabeza.

La risa del pequeño Hyeongjun hace que salga se sus pensamientos y apague la hornilla para salir de la cocina y encontrarse con su familia. Chaein ya no viste su pijama, está completamente lista para iniciar el día con ese vestido de flores amarillo y su cabello recogido en una coleta alta mientras sostiene al niño en sus brazos y prepara su formula.

Hace dos años hubiera lamento mucho el haber cometido un error en su primer matrimonio, lo sigue haciendo, pero ahora siente que es la persona más afortunada por tener a Hyeongjun y Chaein en su vida.

Serim lleva el desayuno a la mesa y Chaein se encarga de acomodar a Hyeongjun en su sillita para que se siente con ellos en la mesa, tienen preparadas sus papillas naturales en el refrigerador así que sólo lo sienta y empieza a darle de comer. La papilla de zanahorias es la favorita de Hyeongjun así que ninguno se sorprende cuando su pequeño se termina todo lo que hay en su plato y se mantiene balbuceando en busca de tener una conversación con sus padres.

Serim se ríe cuando Hyeongjun dice palabras que no tienen sentido pero intenta seguir el hilo de la conversación, el pequeño niño es muy hablador así que ambos padres hacen su mayor esfuerzo por no dejar que la conversación muera hasta que el niño se aburra y pida jugar con sus bloques de construcción en su corralito.

Después del desayuno Serim hace la limpieza de la cocina y Chaein se dedica a lavar toda la ropa de la casa, puede dejarlo en manos del ama de llaves pero es algo que le gusta hacer por su cuenta, en especial sí es la ropa de su pequeño Hyeongjun que lava con un detergente especial para bebés. La dinámica familiar ha cambiado durante los dos años de matrimonio y si hay alguien que lo agradece demasiado es Chaein.

Lee Chaein había sido la persona que se sentía más culpable después de los sucesos de hace tres años. Era la persona por la que un matrimonio se arruinó, no era enteramente su culpa y era consciente de ello pero no podía evitar sentir culpa por ser quien cargara con el bebé de un hombre casado. Conocía a Allen, era su compañero de departamento en la oficina, habían cenado tantas veces juntos que lo conocía tan bien como cualquier otra persona de la empresa. Allen Ma el chico más dulce de la empresa, aquel senior que la ayudo en muchas ocasiones para terminar los balances generales antes de las juntas de directivos. Quién le abrió las puertas de su casa aún cuándo clavó un puñal en su espalda.

Allen no merecía lo que Serim y ella le hicieron; sabía que el karma tarde o temprano llegaría a pasar factura.

Nadie espero que fuera temprano.

Después del fin de semana en familia todos reanudaron su rutina diaria, Serim partió al trabajo más temprano que Chaein quién fue a dejar a Hyeongjun en la guardería para después ir a la oficina. Todo marchaba de maravilla, el matrimonio se había reunido para merendar juntos en la cafetería de la oficina y al medio día Chaein se fue para recoger a Hyeongjun y llevarlo a casa.

Por eso le extraño mucho la llamada que recibió de la guardería a eso de la 1:30pm. Park nunca fue bueno para atar cabos, para él el retraso de Chaein para ir a recoger a Hyeongjun en la guardería podría deberse a muchos factores como que el motor de su auto se daño o seguía atrapada en el tráfico.

Park no tuvo otra opción más que dirigirse a la guardería con la mayor rapidez posible. Sería más fácil sí contara con alguien que pudiera ayudarlo pero no tenía hermanos al igual que Chaein y sus padres no se encontraban en Seúl.

Hyeongjun es el único niño que sigue en la guardería para cuándo Serim llega a eso de las 2pm debido al tráfico de Seúl, el niño no parecía aburrido al contrario se estaba divirtiendo mucho jugando con su profesora quién en cuanto nota al padre del menor se despide y les desea un viaje seguro a casa.

El auto de Chaein se encuentra del otro lado de la calle, está intacto pero no hay rastro de ella, era normal que la profesora se preocupara pero no era normal que nadie hubiera escuchado ni visto nada.

Serim empieza a preocuparse por el paradero de su esposa al esta no contestar las llamadas, tener su auto frente a él no ayuda a bajar su paranoia.

Serim conduce hasta casa para dejar al pequeño Hyeongjun con el ama de llaves por un rato en lo que el regresa al trabajo e intenta seguir localizando a Chaein. Y mientras se dirige a la oficina una llamada de emergencia se muestra en la pantalla de su auto. Contesta sin dudarlo al leer de reojo el agendado que tiene para su esposa.

Quién le contesta es la recepcionista del hospital más cercano a la zona escolar de Hyeongjun.  La noticia que le dan le deja impactado. Frente a la escuela no había rastros de un choque y mucho menos marcas de llantas.

Park acelera y cambia de ruta en el primer retorno que encuentra y en el proceso se comunica con su jefe para informarle sobre su ausencia el resto del día debido a esa llamada del hospital.

En urgencias todo esta patas arriba, hay muchos nuevos ingresos y todos parecen igual de graves; los médicos se van de una camilla a otra y los enfermeros son los que tienen que hacer más trabajo cubriendo hasta 5 enfermos en poco tiempo, por eso no le extraña a Serim el tener que esperar mucho para recibir información sobre su esposa.

En la llamada con hospital le dijeron que su esposa fue ingresada, no dieron más detalles solo le pidieron llegar a la brevedad. Serim creyó que su esposa había experimentado un desmayo pues nunca le mencionaron nada de un accidente hasta que el doctor llego con unos permisos para empezar con una cirugía para su esposa.

Al parecer cerca de la guardería, doblando en la esquina había sucedido un asalto a mano armada y Chaein se había encontrado con una bala perdida. Serim fue informado de la complicada locación del objeto y de los riesgos que la cirugía conllevaba; aún así firmo para que intentaran salvar a la madre de su hijo.

Lee Chaein, murió el 14 de diciembre a las 4:45pm durante su cirugía de extracción de bala, dejando a un niño sin una madre a la cuál recordar.