Naturaleza muerta

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Tal como lo decían las leyendas; bastaba con apenas oír las primeras notas de los cánticos de las sirenas, para que los marineros quedaran seducidos a su merced, al margen de sus barcos y así poderlos atrapar

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Tal como lo decían las leyendas; bastaba con apenas oír las primeras notas de los cánticos de las sirenas, para que los marineros quedaran seducidos a su merced, al margen de sus barcos y así poderlos atrapar.

ㅤEl vulpino era un hombre de ilusiones arraigado a sus creencias, todo lo contrario a su mayor.
"Ver para creer" era la filosofía que mantenía a flote el Capitán Dread.

ㅤ«¡Pamplinas! Es sólo un mito; mas en mi vida recorriendo mares de agua dulce y salada no me he topado con esos bicharracos. Pierdes tu tiempo, muchacho»

ㅤPero es que el joven marinero no podía evitar sentirse asombrado y atraído por aquellas criaturas cuyas se decía que habitaban en lo más profundo de la mar.
Fue por eso que un día, a la luz de la luna, subió a su bote a pescar anhelando encontrarlas.

ㅤObviamente no iba a obtener resultados tan pronto.
Repetió este accionar cada noche sumando así todo un mes y medio, sin siquiera suspirar o pensar en rendirse. Solía cantar dúlcemente acompañado de las olas, y finalmente una noche de verano lo consiguió.

ㅤSu cuerpo correspondió hipnotizado ante los tarareos a distancia, chocando contra dos orbes rojos a su dirección, que pronto bajaron y callaron su música estando con media cabeza fuera del agua y una expresión calma y expectante.

ㅤAl segundo de notar la presencia del ser vivo, brúscamente se acercó al borde del bote sin perder el contacto visual. La criatura permanecía alejada donde la luz de las linternas no la tocaban, pero estaba ahí; inmóvil, sin parpadear, observando al joven zorro.

ㅤ"...Dame un beso amor... Y espera quieta... junto a la playa..." Continuó su canto después de unos segundos, buscando atraer a la contraria hacia la luz.

ㅤY tan pronto como el muchacho volvió a cantar, la azabache con betas carmín, se fue arrimando lentamente hacia él, dejando ver mejor su apariencia.

ㅤ"...El mar murmura en su lenguaje: Maldito pescador... Despídete de ella... No quiero compartir su corazón..."

ㅤY siguiendo así, ahora se encontró con el rostro de la criatura marina a sólo unos centímetros de su cara, sintiendo sus frescos suspiros.

ㅤ──...Guau... Realmente eres hermosa... ──verbalizó sin mover un bigote, aún hechizado por sus ojos.

ㅤApoyada en el margen del bote; se acomodó entre sus brazos observando atentamente al joven, moviendo sus orejas a su dirección.

ㅤ──...¿Puedes hablar?... ¿Cuál es tu nombre?

ㅤ──...Shadow ──dijo después de darse unos segundos para responder.

ㅤ──¿Shadow?... Qué lindo nombre ──halagó asombrado.

ㅤ──¿Quisieras cantar más para mí?

ㅤAnte la repentina petición, Sails se encogió de hombros algo avergonzado, pintando sus pómulos de carmín.

ㅤ──¿Cantar? ¿Por qué?... ¿Te gusta cómo canto? ──preguntó tímidamente. La sirena asintió moviendo su cabeza despacio, algo adormilada.

ㅤEl chico no tuvo más remedio que reanudar su canción para satisfacer los deseos de Shadow. No le importó mucho; él estaría contento de hacer cualquier cosa para estar más tiempo junto al erizo marino.

ㅤ"...Que esa roca blanca es Ana... Cubierta de sal y de coral..."

ㅤEl mar se encontraba tan tranquilo esa noche. Ni siquiera la tripulación del Capitán Knuckles se escuchaba; era como si estuvieran todos dormidos. Su atención estaba completamente centrada en la belleza natural de Shadow, observando atentamente, mientras entonaba su canción, cómo el ser vivo movía sus orejas y nariz curiosa.

ㅤAbrió apenas su boca, y tomó un suspiro para acompañar al marinero en su canción. La voz del cánido y la del erizo marino se mezclaban perfectamente. Este último acompañaba con unos coros que Sails podría describir como "celestiales", lo dejaban completamente hipnotizado.

ㅤLa joven sirena se aproximaba poco a poco al rostro del contrario, sin perder el contacto visual, y así, regalarle un dulce beso como recuerdo de ella.

ㅤSails al sentir las suaves manos de la contraria cerró sus ojos complacido esperando el roze de sus labios en los suyos.

ㅤPero la naturaleza era vil, atrevida y muy astuta. Costó solo un pequeño canto para tomar al joven marinero desprevenido e indefenso, atrayéndolo hacia el agua con sus garras para que caiga del bote a su final.

ㅤUnos brillantes colmillos se hicieron ver, y de pronto, el joven zorro sintió el peso del agua chocando contra su cuerpo.

ㅤTal como había leído; las sirenas eran la dulce perdición de todos los marinos. Tan hermosas como diabólicas, mientras utilizaban sus encantos para sustentarse.
Así era la belleza de la naturaleza. Calma, pero peligrosa.

ㅤY cuando se dio cuenta de su terrible error, su cuerpo ya no respiraba.

ㅤY cuando se dio cuenta de su terrible error, su cuerpo ya no respiraba

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𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍 𝐋𝐈𝐏𝐒. STH ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora