19/02/2015

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Yo miraba a través del cristal como la lluvia mojava las hojas. El ruido constante de las gotas al chocar, me hacía desconectar de la clase de sociales.

-Abran el libro por la pagina 148 por favor, como ya saben la humanidad prehistorica surgió hace mas de 3 millones de años y ha permanecido...

Las cortinas del aula de un verde apagado me ponían nerviosa y no podía evitar morderme las uñas.
Estábamos en la classe mas alta de mi instituto y los árboles no dejaban ver a mas de 3 metros del cristal.
Por fuera, las ventanas estaban tapadas por unos barrotes, como en una cárcel.

Mi instituto estaba bastante aislado, por la parte este se podía ver la ciudad, las casas puestan en fila y los coches a toda velocidad por la avenida mayor.
Pero por el lado oeste, donde yo me encontraba, solo se podía ver el bosque. Un bosque frondoso nevado en invierno, mojado en primavera y de un verde vivo en verano.

No pasó mucho rato antes de que empezara a soplar un fuerte viento.
Fue una sorpresa para mi que los altos arboles empezaran a moverse ya que estábamos acostumbrados a que nada les hiciera cambiar su posición.

Primero, me gustó.

Luego, me horrorizó.

El viento no paraba y cada vez era mas fuerte, la señora Gonzalez cada vez gritaba mas para que pudiésemos oirla, aunque nadia podía ya.

Las ramas chocaban contra la ventana y yo me movía inquieta en mi silla.

La Sra.Gonzalez pedía tranquilidad y que mantuvieramos la calma. Pero no fue posible.

Primer minuto, la alarma de incendios se activó.

Gritos, caos, desesperación.

Y luego, el gran error.
La Sra.Gonzalez abandonó la sala para buscar ayuda.

Estábamos solos.

Segundo minuto

Una gran rama chocó contra el cristal, pero los barrotes le frenaron antes de que pudiera entrar en el aula.

Grito al unísono

Todos se pusieron a hacer piña en la parte opuesta a la ventanas.
Oí mi nombre desde lejos, todo me llamaban era la ultima y la mas cercana a las ventanas.
Corriendo dejé de mirar el cristal y me levanté, aparte la vacía silla de mi compañero de pupitre y corrí todo lo que pude.

Pero no fue suficiente.

Una rama chocó contra la ventana y los barrotes cedieron.

No hay mucho mas que recordar.

Choqué contra el suelo luego todo fue oscuridad.

Por la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora