NARRA ANTOINE GRIEZMANN:
Me desperté cuando los primeros rayos de sol que entraban por la ventana me cegaban. Al abrir los ojos, observé que Mario Mandzukic se encontraba en unos de los sofás de mi salón. Yo estaba en el otro. "¿Qué ha pasado? ¿Por qué no recuerdo nada?" pensé mientras me levantaba y me dirigía hacia Mario para despertarlo.
-Tio, ¿qué pasa? Déjame dormir un poco más que estoy muerto.-dijo Mandzukic.
Al preguntarle por lo sucedido, empecé a recordar el motivo de todo aquello. La noche de antes habíamos ganado uno de los partidos más importantes del año al Real Madrid y la celebración había sido muy larga. Por lo tanto, ese día solo quería descansar.
Me fui en busca de Mario y prácticamente lo eche de mi casa para que me dejara tranquilo. Con empujones, al final conseguí que se fuera y, entonces me eche un rato en el sofá donde había amanecido esa misma mañana. La única peculiaridad, es que esta vez también cogí el mando a distancia de la televisión y la encendí.
En ella aparecía la derrota del Real Madrid como uno de los titulares de las noticias de ese día y, por tanto, mi equipo salia celebrando la victoria, así que me quedé a verlo.
Al finalizar esa noticia, la próxima iba dirigido a los jóvenes estudiando que recibían becas y que su destino era España. Lo que más me llamaba la atención de todo, era la alegría con la que aterrizaban en el país, con la única intención de estudiar. "O quizás, lo que no sabían era la manera en que sus vidas cambiarían después de abandonar a su familia y amigos" pensé, ya que a mi me había pasado exactamente lo que a ellos.