POV ZORO
Era un día soleado, esta mañana llegamos a una pequeña isla. Apenas llegamos Luffy se bajo a buscar comida, Franky, Usopp y Chopper necesitaban comprar unas cosas.
Nami y Robin bajaron porque querían conocer y pasear, y el cocinero pervertido dijo que iba a "comprar comida" o eso dijo. Seguro iba a buscar mujeres.
Idiota.
Y así me quede solo cuidando el barco, la verdad no me molesta, no tenía animo ni ganas de pasear. Así que subí al nido del cuervo para dormir un rato.
No se cuanto tiempo había pasado cuando de pronto un ruido me despertó. Bajo cuidadosamente las escaleras para quien sea que hubiera hecho el ruido no sepa que estoy aquí.
Cuando estoy en la cubierta vuelvo a escuchar un ruido, este proviene desde la cocina. Que raro, ¿Quien podría ser? Camino lentamente y saco una de mis katanas.
A medida que me voy acercando escucho el sonido de una olla o algo parecido. Si el estúpido cocinero se entera que un intruso profano su preciada comida, se pondrá furioso.
Cuando estoy frente a la puerta escucho una voz pero no logro reconocer a quien le pertenece, así que sin esperar mas abro la puerta de una patada listo para atacar.
—¡AHHH!— me quedo quieto al ver al cocinero en el suelo cubierto de alguna especie de mezcla pegajosa— ¡Que te pasa estúpido marimo, porque entras así!
—¿Que haces aquí? Pensé que eras un ladrón— guardo mi katana y me cruzo de brazos.
—¡Mira nada mas lo que hiciste! ¡Estoy todo sucio por tu culpa!— con mi mirada recorro su cuerpo.
Lo que sea que estuviera preparando le cayo encima de su cuerpo. En su cabello rubio, sobre su camisa azul justo en la parte del pecho, en sus pantalones en la parte de los muslos y también en su cara.
Al parecer era un poco pegajoso y de color blanco. Caía de su cuerpo mezclándose con su pálida piel. Maldición, no puedo evitar pensar mal.
Se veía tan... erotico.
Ese pantalón le quedaba perfecto al igual que la camisa, se ajustaban perfectamente en su cuerpo. Resaltando muy bien sus atributos.
Como ese redondo trasero y esas curvas, que si te fijas bien logras verlas, sus muslos se ajustaban al pantalón haciéndolos ver gruesos.
Trago saliva al ver que la mezcla también le cayo muy cerca de su entrepierna.
—¿Porque me miras así estúpido?— subo mi mirada de nuevo a su cara y este me mira enojado.
—Es que te cayo eso de lo que estabas preparando en la cara— este se pasa la mano por la cara y se quita un poco de mezcla. Lo siguiente que hace me deja estático en mi lugar.
Empieza a lamer la mezcla, chupando sus dedos. Su lengua pasando llevándose el exceso de esta misma. Mi ojos no pueden evitar seguir el recorrido que hace su lengua.
Nuestras miradas se encuentran y un escalofrío me recorre. Joder, siento como mi miembro va despertando al ver tal espectáculo.
—¿Que estas haciendo?— mi voz sale mas ronca de lo normal.
—Nada— sus palabras salen acompañadas de una picara sonrisa.
El maldito sabe muy bien lo que esta haciendo.
—Creo que lo mejor será que te des una ducha— me mira fijamente y suspira.
—Si, tienes razón— me volteo para salir de ahí.
—Auch— me doy de nuevo la vuelta y lo veo todavía en el suelo pero esta vez con una mueca de dolor.
—¿Que pasa? ¿No te puedes levantar?— me acerco y me agacho frente a el.
