Adelanto >>>

94 6 2
                                    

Estaba completamente mareado, ni siquiera podia ver bien, las luces rojas y azules cegaban mi vista, al fondo escuchaba gente hablando, gritos, sollosos, regaños, carros, trafico y la ambulacia, mi dolor de cabeza no aguantaba un segundo mas en esa situación, pero mi corazon, mi mente y mi alma solo pensaban en ella.

<<ANA, DÓNDE ESTA ANA>>

en el fondo veo un cuerpo derrumbado en el piso cubierto de sangre, rodeado por enfermeros, mi corazon empezo a acelerarse, mi cuerpo entero temblaba, mis manos empezaron a sudar, me era rotundamente dificil sostener el celular, mientras sostenia el telefono en mi oreja nuevamente hable por el celular.

-Ana, estás ahí?.

esperando inocentemente que no fuera ella la que estaba derrumbada, mi corazon se aceleraba cada vez mas mientras esperaba recibir una respuesta tras el telefono, pero solo escucho mi voz desde el otro lado del celular, mis lagrimas salieron automáticamente, mi mente empezo a maldecir y mis manos empezaron a pegarme.

-Todo es tu maldita culpa, si no la hubieras dejado sola, si no hubieras discutido con ella, si no hubieras empezado una pelea por algo tan ridículo.

caí de rodillas mientras me maldecia por no cuidarla como se merecía, mi voz se entrecortaba y no dejaba de temblar.

-ella es tan frágil, maldita sea diego porque dejaste que ella saliera del departamento.

empece a maldecirme a pegarme como si fuera un bebé, lloraba como si fuera mi ultimo dia de vida, aunque no lo fuera, lo sentia como si asi fuese.

ana, mi ana, estaba en medio de la calle, derrumbada y yo no podia hacer nada, el mundo entero se caia frente a mi.

me acerco a ella, tan solo queria verla mientras los doctores hacian lo que podían por salvarla, por que yo la vuelva a tener en mis brazos, besandola, acariciandola, simplemente sintiendo sus suaves manos en mi.

al acercarme, senti su suave aroma, ese aroma que me encantaba, que con solo verla y sentir su aroma podia llevarme a los cielos, ese aroma unico en ella, mire su enorme herida en el estómago, estaba perdiendo demasiada sangre, me maldeci nuevamente.

en ese momento podria perder al amor de mi vida, a la dueña de mi corazon y de mi tiempo y ya no podria sentir sus suaves y pequeñas manos, ya no podria sentir sus caricias, ni los besos tan suaves y dulces, pero tan apasionados que solo ella sabia dar, ya no la podria ver ni admirar, tampoco oler su rica piel, ese aroma que ella hacia unico.

me arrodillo y me acerco a su rostro, depositando un beso en la frente con mis ojos cerrados mientras mis manos sostenian su rostro, hubiera deseado que todo esto fuera un sueño, que ella y yo estuviéramos en nuestro departamento acostados sin nadie mas, solo nosotros disfrutandonos, mis lagrimas seguian cayendo al recordar, su risa, su mirada, cuando vi sus hermosos ojos por primera vez.

-Ana, ana mi amor, no me dejes por favor, no se que haria sin ti, yo moriria en vida si no estas a mi lado.

siento unos brazos alrededor de mi que me alejan de ella.

-Retiraremos a la señorita a urgencias, no puede estar aqui.

veo como llevan su cuerpo a la ambulancia, mis piernas me fallaban, lo unico que queria era correr tras la ambulancia, tras ella, estar con ella dentro de la ambulancia, pero mis piernas no respondian lo mas minimo, una vez que retiraron a ana de mi, a mi ana, el hombre me solto y subio a la ambulancia, solo miraba con mi vista borrosa como la ambulacia cada vez se iba haciendo mas chiquita, hasta no poder verla mas.

ahí estaba yo, tirado en medio de la calle sin poder hacer nada por ella, llorando y maldiciendome.

¿Podremos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora