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𝘽𝙖𝙧𝙩𝙚𝙣𝙙𝙚𝙧...
Mientras esperaba pesadamente bajo la plena luz de la luna, un Jisung impaciente en su coche esperando a que su amigo encontrara el número del chico lindo que vio en una tienda de ropa. Quizá trabajaba ahí o era algún dueño, ya que, tenia un porte tan demandador frente a las personas que a su amigo le gustaba tanto.
—Te tardas demasiado para buscar un número, ¿te lo dieron?—El chico entró al auto con una gran sonrisa.
—No, pero me dieron la dirección del bar del que es dueño y pues tenemos que ir porque no estaré tranquilo hasta tirarme a ese hermoso chico.—Se oía tan decidido que iría aunque su amigo no quisiera.
–Te llevaré— arrancó el coche —No te tardes demasiado no quiero esperar tanto.
Ambos iniciaron su camino hacia el bar que para su suerte no era muy lejos del lugar en el que estaban.
El bar por fuera lucia costoso y muy elegante, reconoció lo muy de alta categoría que lucia y eso le hacía pensar diferente sobre el chico de su amigo.
Ambos mostraron una tarjeta que por ser miembros de una sociedad magnate y sin objetar entraron al lugar.
El lugar contaba con música baja y tranquila, una fuente hermosa en la entrada que le daba un sinónimo de elegancia al lugar, las luces obscuras y tenues resaltaban lo caro que era.
Al igual que las personas bien vestidas entrando y saliendo con sus rostros de grandeza, aunque Jisung era una persona con bastante poder siempre tenía algo diferente a las demás personas de su mismo andar.
El es grande, más no tiene aires de grandeza que sobre pasan al cinismo y grosería.
En el elegante lugar, no solo la decoración llamó su atención, un hombre con su típico traje tras la barra solo atendiendo a los que se acercaban o preparando pedidos. Su cabello peinado pero un poco desordenado, de repente quitándose el cabello que tapaba sobre sus lentes y finalmente sus manos resaltando con esas venas gruesas y enfadadas resaltando todavía más.
Era prácticamente demasiado hermoso para sus ojos.
—Iré a buscarlo esperame no tardare.—Se alejó a paso largo mirando hacia ambos lados.
Jisung acomodó su chaqueta costosa para encaminarse hacia la barra sin siquiera una mísera gota de nervios en su cuerpo. De cerca era incluso más atractivo pudiendo notar sus hombros anchos y la camiseta blanca apretando sus brazos grandes, por su físico quizá hace ejercicio si no que muy seguramente se ejercita mucho.
El chico porfin lo miró para verlo sentarse y esperando a ser atendido. La verdad es que también le llamó la atención ya que jamás lo había visto y regularmente solo van clientes consecuentes, era un lugar un tanto privado.
Con una sonrisa amable sintieron sus miradas cruzarse, Jisung apretó sus manos tratando de controlar la corriente de calor que recorrió todo su cuerpo cuando esos orbes lo miraron a él y podía apostar que el también lo había sentido.
