La joven intenta sostenerse sobre sus brazos mientras los empellones del hombre amenazan con romperla en dos del placer; su cabeza está embotada, no es capaz de hilvanar algún pensamiento que no sea más que dejarse llevarse por la lujuria; la habitación se mueve y siente que su cuerpo es ligero como la pluma, fresco como una briza de verano y que las manos del chico son como lava sobre su piel. Con una mano tira de su hermosa cabellera mientras que con la otra acaricia su espalda, sus pechos, estruja su trasero y le da un azote dejando marcados sus cinco dedos; y la rubia sólo desea ser consumida por el fuego que desprende su amante transitorio. Mueve sus caderas para incrementar la profundidad, luego eleva su torso para sentir esos pectorales fornidos rozarle la espalda, ese hombre sabe como besarla, como tocarla, como follarla. No hay ni un centímetro de su cuerpo que sea estimulado hasta llevarlo al límite del placer y locura... quiere más, siempre más... no puede parar... nunca en su vida había sido invadida por un deseo tan arrollador como con éste extraño.
Unos robustos dedos rozan sus labios con la intención de acallar sus gemidos intensos, su diestra estimula entre sus muslos a ese relieve terso y sensible para conseguir que su orgasmo sea explosivo... la eleva a los cielos y la traspasa cada vez con más ímpetu hasta que su falo recibe los fluidos del éxtasis de la rubia, para luego él impregnarla de su esperma ardiente.
La mujer se sintió estallar en mil colores debido al orgasmo, su corazón late alocado mientras abre su boca en busca de aire... de presto su garganta emite un gemido extraño y no consigue que ese soplo vital llene sus pulmones, y que el calor que antes le proporcionaba placer amenaza con abrasarla por dentro... inevitablemente termina desplomándose y pierde la conciencia, mientras es observada por el hombre, quien se está limpiando su miembro escuálido tras ese encuentro sexual. Prontamente se percata de un espejo cercano colgado en la pared y le devuelve una sonrisa pérfida a su reflejo.
o. o. O O O o. o.
El agente William camina de manera agazapada hasta alcanzar la puerta por donde ha visto entrar a las personas que llevaban el cuerpo del hombre mayor. Cuando traspasó el umbral le pareció que entraba a una especie de cueva donde sus paredes eran blancas y habían unas cuantas velas encendidas que iluminan el camino; procura hacer el menor ruido posible y observar bien su entorno.
De pronto, contempla como llegan a una especie de pedestal, del cual sobresale un rosal de flores blancas, toman de la tierra que les rodea y embadurnan el cuerpo del enfermo por completo, luego van más al fondo hasta introducirlo en una especie de fosa; William procura acercarse un poco más para no perder detalle alguno de lo que hacen cuando escucha ruidos de pasos acercarse, por lo que decide emprender la retirada, pero alguien más venía a encontrarse con el grupo, acorralado, no le quedó más remedio que buscar esconderse en uno de esas agujeros que usan como sepulcro en la pared.
Se gazapa lo más que puede y contiene la respiración... su corazón late tan fuerte que teme que la gente del orfanato sea capaz de oírle. De presto siente que algo lo toca y por instinto estuvo a punto de pegar un grito, se sobresalta de tal manera que estuvo a punto de sufrir un sincope, por lo que se golpea la cabeza con el techo, sus ojos se abren totalmente al darse cuenta que ahí hay un cuerpo, es alguien que han enterrado ¡Pero vivo!
El individuo lo mira con ojos lastimeros, pero es incapaz de pronunciar palabra alguna, William se percata que está desnudo por completo y que está cubierto de ese barro blanco, sus facciones bruscas se están cambiando poco a poco en unos pómulos más suaves y de labios tersos. Se talla los ojos unos segundos, a lo mejor está alucinando. Es entonces que finalmente ya no se escucha ruido de pasos ni voces, por lo que decide salir de su escondrijo y de ese granero de una buena vez.
Su mente tiene demasiada información que procesar, hipótesis, ideas y ridículos que exponerle a su compañero, pero éste no está donde lo dejó. William Ardlay maldice para sus adentros y con voz baja lo llama, tiene esperanza que se haya escondido cerca para evitar ser descubierto, pero nada, ni señales ni luces de Greum.
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El Secreto del Orfanato.
FanfictionEn el escenario de un crimen en Crown Point el inspector Willson le explica a los dos agentes federales que han llegado; el agente William Andrew observa detenidamente el cadáver en busca de pruebas mientras que su compañero, de cabellos castaños y...