Y así pasaron los años, él se convirtió en un gran hombre y yo solo estaba ahí mirándolo. Cayó la venda que tenia en los ojos, porque con el dolor de mi alma tuve que aceptar que no éramos los grandes amigos y confidentes que mi adolescente corazón enamorado juraba que éramos. La chica que estaba creciendo tuvo la dignidad de aceptar que solo éramos conocidos muy afines y listo, pero no podía evitar morirme de amor cada vez que lo miraba.
La chiquilla entró a la universidad y él se fue a perseguir un sueño muy muy lejos.
Ya no dolía su ausencia, porque él ya se había marchado antes. Ahora sabía lidiar muy bien con eso y me conformaba con conversaciones de WhatsApp esporádicas, recetas mal ejecutadas y risas en todo ese tiempo. Cada uno hizo un camino profesional, yo me fui por el cuidado a los demás estudiando Enfermería y él optó por edificar siendo ingeniero.Aún teníamos esos momentos de caminatas céntricas haciendo diligencias, y no deja de resultar irónico que ellas siendo el gran tesoro que tenía de él hayan sido quienes me rompieron el corazón. Porque fue en una tarde calurosa de Julio que me confesó que era novio de una de mis mejores amigas.
Soy humana y mi primer pensamiento fue:"Yo lo vi primero", aunque después de pensar era muy egoísta, nunca le conté a mi amiga lo que sentía por él.
Así que hice lo mejor que una chica fea y sin posibilidades puede hacer en estos casos: desearle la felicidad con todas las fuerzas de mi corazón.Mis amigas de la universidad fueron un enorme consuelo, encontré en ellas un refugio. Nunca escuché un "Deja de llorar, no son nada, nunca te dio bola", me abrazaban y buscaban hacerme reír.
Encontré consuelo en las palabras, escribir me liberaba y empecé a hacerlo en mis ratos libres. Construí mi mundo perfecto con mis ideas y lo forjé con palabras.Así pasó un año en el que evitaba verlos, ya no estaba tan confiada de mi máscara. Y tuve el mejor escape. Tuve que irme a otra ciudad para terminar mis estudios. Ahí encontré refugio en la persona menos esperada: mi primer conocido de la universidad. Mi amigo.
Alex me dejó sola y yo lo apoyé en todo ese duro año académico y laboral. Estábamos para el otro en todas esas charlas junto al río luego del trabajo, en su cuarto hasta el amanecer. No me dejó cuando estaba enferma y yo no lo dejé cuando se perdía en sí mismo.
Estaba feliz por mi amiga Eli, por haber encontrado a un chico como Alex y que se quieran tanto.

ESTÁS LEYENDO
Diario de una chica triste
RomantikHola, soy yo nuevamente, ya les conté lo que fue ser estudiante de Enfermería, ahora les contaré cómo me rompieron el corazón.