Capítulo 3.

96 12 5
                                    

Cuando pensó que sería dada de alta, imaginaba que podría tener mayor libertad que estando en el hospital, deseaba poder tomar algo de aire fresco y seguir indagando con la esperanza de recuperar algunos de sus recuerdos. Pero tan pronto como fue puesta en aquella casa tan modestamente grande y que parecía más una torre rodeada con grandes muros, comprendió que no sería como imaginaba.

Aquella casa no le provocaba calidez, tampoco estaba familiarizada con la estructura, por lo que fue movida a la habitación principal sin derecho a sallir.

Creía que si no salía por lo menos al patio podría enloquecer. Por lo que en cuanto Carter se excusó de ir a una reunión importante en su trabajo, pero que volvería tan pronto como se desocupara, lo tomó como una buena oportunidad para poder salir al patio sin supervisión estricta.

Se encontraba bajando las escaleras cuando la puerta principal se abrió, una mujer histérica entrando en ella con una mirada siniestra reflejada en sus ojos. Los sirvientes al reconocer a la hermana de su jefe.

—¿¡En dónde está mi hermano!? ¿¡En dónde se metió ese mal nacido!?—Gritó a los sirvientes, escaneando todo el lugar hasta que se detuvo en la figura en las escaleras.

Era imposible, lo que había escuchado era verdad.

Su expresión siniestra cambió a una de horror, como si de ver a un fantasma se tratara; sus labios dejaron de pronunciar malas palabras, en cambio solo balbuceaba sin coherencia mientras trataba de procesar lo que estaba viendo.

—Estás viva...—Susurró por lo bajo, tan bajo que Jamie no lo pudo comprender.

—¿Quién eres?—Cuestionó, manteniendo su agarre fuertemente en la barandilla de las escaleras, recorriéndola con la mirada.

¿Quién era?—Soy la hermana de Carter, Agnes. ¿Acaso no me recuerdas...?

—La señorita Jamie sufrió de amnesia a causa del accidente, señorita Agnes. Es por eso que no recuerda a nadie, hasta hace unos días volvió del hospital después de su recuperación.—Una de las sirvientas explicó, tratando de desviar todo tipo de cuestionamiento.

Agnes mostró una expresión de mayor sorpresa, ¿Amnesia? ¿Es por eso que su hermano estaba haciendo todo esto? No sabía que decir, ni que hacer, pero si seguía con aquella farsa de la cual recién se enteraba solo la haría sentir culpable. Sabía que su hermano no estaba haciendo bien, estaba aprovechando su poder y moviendo sus influencias como el principal representante del departamento de policias, estaba siendo egoísta y no quería pensar en qué más podría sacar provecho.

—Y-yo, lo siento, tengo que irme.—Musitó en un susurro, sosteniéndose de la puerta principal antes de salir de ahí.

Todos la miraron con aire desconcertado, pero sintieron alivio al saber que no tenían que lidiar con su presencia. Carter había impuesto estrictamente que no se aceptaba ninguna visita, tampoco Jamie podía salir de la casa sin su consentimiento, temiendo exponerse lo suficiente para arruinar la farsa que estaba montando. Había sido un error siquiera haberle dicho a su hermana, pero después de tantas preguntas del porqué no podía visitarlo ni tener acceso a su propiedad no tuvo más remedio que confesar lo que estaba haciendo bajo su mando.

Jamie reaccionó al mismo tiempo que escuchó la puerta cerrarse, terminando de bajar el último tramo de escalones y corriendo hasta la entrada, ignorando los bullicios de los sirvientes y las manos que trataban de alcanzarla. Abrió la puerta y se encaminó hasta donde Agnes caminaba a paso apresurado para salir de ahí, huyendo de todos.

—¡Agnes!—Gritó, haciendo que todos se detuvieran ante su repentina aparición.

La pequeña puerta que daba a la calle se encontraba abierta, pero los portones aún le dificultaban poder ver el exterior, siendo necesario salir de la casa. Se detuvo en el marco de la puerta, siendo encandilada por un segundo ante el sol intenso que adornaba el cielo aquel día, poniendo su mano sobre su frente.

—¿Sí?—La mujer se volteó con sigilo, esperando que hablara.

—¿Por qué te vas tan pronto? Acabas de llegar.

—Recordé que tengo algo que hacer, puedo hablar con mi hermano después.—Trató de sonreír, pero se convirtió en una mueca de incomodidad.

—Espera, quiero preguntarte una cosa, ¿Cómo era nuestra relación?

—¿Relación?

Asintió, sin saber como explicarse correctamente.—Teniendo tantos años en relación con tu hermano, supondría que nosotras llegamos a vernos, ¿Cómo nos llevábamos?

—No es algo que te pueda decir, Jamie.

—¿Por qué? Solo te estoy preguntando por nuestra relación, no por la de alguien más. Nadie parece decirme nada por no saber que hacer, Carter es el único que parece hablarme, pero quiero saber más de los últimos años de mi vida por la voz de alguien más. No sé si tengo amigos, no puedo contactar a mi familia y si es que tengo una, y tú pareces poder reconocerme, necesito ayuda para poder recordar pero si no tengo nadie que me oriente o algo que pueda detonarlo entonces me será imposible.—Explicó con un gesto cansado, había intentado numerosas veces hablar con el personal y saber por lo menos como los trataba, pero ninguno cooperaba y solo se alejaban en silencio.

Verla tan afligida solo logró que la mujer frente suyo se sintiera peor, ¿Podría permitir que siguiera viviendo en una mentira? ¿Cómo podría descubrirla si no recordaba nada? No sabía que hacer, solo quería alejarse.—Nuestra relación era neutra, solo nos llevábamos lo suficiente para charlar en eventos que coincidíamos pero nada más. Nunca nos tratamos más que conocidas por mi hermano, pero siempre estuvimos bien con ello porque nunca fue necesario hacer más conversación de la que ya teníamos. Ahora, tengo que irme o no llegaré a tiempo, si me disculpas...

—¡Espera! ¿Y si vienes otro día? A lo mejor podamos seguir hablando, puedas mostrarme fotografías o algo con la cual pueda familiarizarme, por favor.—Pidió en una pequeña súplica, saliendo de la casa para poder agarrar su mano.

Pero cuando Agnes vió el característico auto que conducía su hermano viniendo por la calzada, sintió que debía de correr lo más pronto posible de ahí.

—Te visitaré, no te preocupes por ello. Nos vemos en un par de días, solo deja que pueda desocuparme de mi agenda y del trabajo.—No esperó que dijera una sola palabra más cuando retiró su mano del agarre con brusquedad y corrió hacía su auto, huyendo del lugar antes de que su hermano pudiera interceptarla. 

Jamie miró el auto marcharse con una pequeña ilusión en su pecho, confiando en que Agnes pudiera ayudarla a recordar. Su mirada tomó otro rumbo cuando una camioneta negra se estacionó justo enfrente de donde se encontraba, escuchando como un fuerte portazo provenía del lado del piloto.

—¿Qué se supone que estás haciendo afuera? ¿Quién te dejó salir?—Los ojos flameantes de Carter le hicieron retroceder, el tono de voz provocándole escalofriós por lo duro que sonaba.

—Solo quería preguntarle algo a tu hermana, ella acaba de irse.—Contestó en un tono bajo, retrocediendo lo suficiente para percatarse que estaban dentro de la vivienda y la puerta estaba siendo bloqueada por los hombres de Carter. 

—No puedes estar afuera de la habitación, necesitas descansar.

—¡Pero estoy cansada de estar encerrada! Necesito moverme, necesito hacer algo para distraerme, no puedes mantenerme todo el tiempo así.—Protestó, frunciendo el ceño en señal de disgusto.

—El doctor dijo que necesitas descansar.—Contraatacó.

—Y también dijo que podría salir a tomar aire, ¿Siquiera puedo hacer eso?

Carter sentía más miradas de las que podía contar, por lo que tomándola del brazo la obligó a caminar dentro, sintiendo la presión nuevamente de esas cuatro paredes.

—Tienes que ir a la habitación, te llevaré algo de comer.—Indicó, dejándola al inicio de las escaleras.

Se sintió levemente mareada, culpaba el brusco movimiento que había recibido por parte de Carter y sin decir más subió, haciendo resonar sus pasos en señal de molestia.

Las cosas inciaban a salirse de las manos de Carter, sintiéndose frustrado por todo lo que lo rodeaba. Cuando desapareció la figura de Jamie en su campo de visión, se encaminó a su despacho y selló la puerta en un ruido estruendoso. 

Tenía que comenzar otro plan por si aquel que había iniciado a ejecutar no salía como esperaba. Aún y cuando la máscara que tanto se esforzaba por enseñarle a Jamie se estaba agrientando conforme los días pasaban.

⋆ Deadly Kiss ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora