Capítulo 16.

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La espalda de Jamie impactó contra la puerta de la habitación tan pronto como los dos pudieron entrar y sus manos fueron a parar a los hombros de Ryan, tratando de quitar el molesto abrigo que cubría la parte superior de su cuerpo. 

Tan pronto como habían tenido la oportunidad de salir del departamento había decidido ir a casa, y es que después del suceso de la madrugada y sincerarse hasta cierto punto los había puesto en una nueva necesidad que surgió a raíz de ello. El anhelo de sentirse y volver unirse estaba presente, pero había algo que aún inquietaba a sus pobres corazones, sintiendo una agonía aproximarse.

—¿Estás segura de esto?—Cuestionó, apartándose solo lo suficiente para poder apreciar su rostro.

Asintió con una sonrisa.—Hemos estado una infinidad de veces juntos, ¿Por qué dudas de mis acciones?

—Cariño, no importa la cantidad de veces en las que estemos juntos, te seguiré preguntando porque tu bienestar y placer también son parte de mí, solo me importas tú.—Comenzó a repartir besos en todo su rostro, sacándole una carcajada mientras golpeaba su pecho para apartarlo.

—Basta, me haces cosquillas.—Siguió riendo mientras su esposo seguía molestándola, sin darse cuenta de como agarró la parte interna de sus muslos para levantarla y encaminarse a la cama, depositando su cuerpo al centro antes de apartarse.

—¿Quieres que me detenga?—Sonrió mientras terminaba de quitarse el abrigo y su mirada descendía por su cuerpo, no sintiéndose con una mirada morbosa, sino más bien de adoración y anhelo.

—¿Por qué sigues preguntando cuando puedes ponerte manos a la obra?—Mostró una sonrisa inocente al tiempo que sintió el peso ajeno sobre ella, los brazos de Ryan a cada costado de su rostro mientras sus dedos acariciaban la piel de sus mejillas.

—Estás algo demandante hoy, ¿No lo crees?

—Amor, estuve esperando por esto desde que pude recordarte, mi necesidad está totalmente justificada.

—Entonces tengo que hacerme cargo de ello, no puedo permitir que te sientas así.—Maniobró ambos cuerpos para sacar la molesta blusa que impedía poner sus manos contra su piel.—Pero, en serio, si no estás cómoda con algo debes de decirme...

Jamie levantó su barbilla lo suficiente para poder depositar un pequeño beso en sus labios, apenas percibiendo el tacto antes de sonreír complacida.—Amo tu preocupación, pero sabes que te seré honesta con cualquier cosa, no debes de recordármelo.

Cerró sus ojos cuando sintió suaves caricias contra su rostro y asintió, soltando un suspiro mientras sus labios descendían sobre su cuello, tomándose más tiempo en ciertas zonas y las prendas iban desapareciendo conforme sus manos y labios llegaban al lugar. Jamie se sentía envuelta entre el éxtasis del momento y la desesperación por desear más de su toque, haciendo movimiento involutarios de sus caderas hasta que él lo notó y la mantuvo contra el colchón, limitando sus movimientos.

—Déjame apreciarte como mereces.—Pidió, terminando de retirar la última prenda que cubría su cuerpo.

Y a pesar de las múltiples veces que se habían entregado, hacerlo a plenitud del día donde se sentía expuesta y la iluminación de la habitación haciéndose presente logró que un sonrojo se instalara sobre su rostro, bajando por su cuello hasta su pecho mientras exhalaba una respiración al tiempo que Ryan se inclinó para poseer sus labios, colisionando su mente mientras albergaba todas las emociones del momento. Los dedos de sus pies se apretaron contra el colchón, sus manos recorrían su espalda mientras sus uñas rasguñaban la piel al sentir las respiraciones pesadas sobre su oído y una de las manos recorriendo entre sus cuerpos hasta que los rasguños se detuvieron solo para entrelazar sus manos sobre su cabeza, sintiendo el familiar calor avecinarse tan pronto como se dejó venir, sucumbiendo a las sensaciones producidas por el movimiento sobre su cuerpo y su propia conspiración.

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