CAPÍTULO 28

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Aina

Organizar fiestas sorpresas siempre me ha gustado y es por ello que estudie dos carreras como: Publicidad y Marketing junto a Diseño de Interiores, así como también organización de eventos que raras veces llego a involucrarme.

Acomodo las últimas prendas en la mochila con la ayuda de Iana quien despertó con una inmensa energía y, no para de sonreír mostrando sus dientes después de que su padre le haya sorprendido con su desayuno favorito en la cama.

La notificación de un mensaje parpadea en mi móvil haciendo que Iana salte de la cama y me lo entregue volviendo a cerrar la mochila e irse con su padre que está hablando por teléfono en la sala del departamento. Confirmo el mensaje de Liliana haciéndome saber que están decorando el jardín de su casa para la sorpresa que le tenemos hacia Axel y Iana.

Salgo de la habitación cargando la mochila y parándome en seco al observar cuchichear en susurros a esos dos pares de cabezas que voltean ante mi llegada.

—¿Qué traman? —me acerco dejando la mochila en el mueble —¿Por qué cuchichean?

—¿Nosotros? —el ojiazul finge desinterés.

—Sí, mami ¿nosotros? —otra —. Nosotros solo hablamos de qué sorpresa nos tienes para nuestros cumpleaños.

Entrecierro mis ojos a su dirección.

—¿Así?

—Cariño, se nos hace tarde, ¿no crees? — En una sé sus manos coge la mochila y la otra la extiende hacia nuestra pequeña castaña quien lo recibe gustosa dándome una sonrisa.

El camino hacia el lugar donde nos dirigiremos no se encuentra muy lejos de New York. Así que solo me dedico a mirar por la ventanilla del auto los árboles que pasan de uno en uno alejándonos de la ciudad escuchando las evasivas de Iana que pregunta a donde nos dirigiremos. «Vaya sorpresa que se llevara» Por otro lado, Axel, luce relajado mirando al frente de la carretera frunciendo el ceño de vez en cuando.

—Porque no mejor me tomas una foto y lo imprimes para que me observes todo el día. Por mí no hay problema — Tira de una sonrisa —. Es más, hasta emito la pose para la foto para que me idolatres.

—Ya quisieras.

—Cariño, él quisiera no existe entre nosotros.

No digo nada sopesando sus palabras y eso lo toma como un gane y, no me sorprende para nada queriéndose pasar de listillo con la sonrisa maliciosa que me da. Axel estaciona el auto en el parking señalado, nos bajamos del auto no sin antes tomar la mochila y dejarlo en mi hombro. El aire puro de la naturaleza nos recibe viendo las áreas verdes muy cuidadas y, a personas que andan bajo las sombrillas de los árboles. El grito de Iana me hace girar a verla y encontrarla con una sonrisa en el rostro llevando de la mano a su padre dando círculos a su alrededor.

—Te acordaste, mami —se acerca soltando la mano de Axel —. Te acordaste cuando te dije que si un día vendríamos aquí lo haríamos con mi papi.

—Y aquí estamos, amor —me pongo de cuclillas llevando mis manos a su mejilla limpiando las lágrimas que caen —. Junto con, papi —miro al ojiazul observándonos —. Estamos juntos.

—Te amo mucho, mami —lucho para que las lágrimas no salgan —. Los amo mucho, papis —Axel se nos acerca llevándonos contra él apoyando nuestras cabezas en su pecho mientras que él deja un beso en nuestras frentes.

—¿Quieres volver este lugar en un recuerdo para nosotros, papi? —la voz de nuestra hija tiembla haciendo que Axel, le levante de la barbilla.

—Yo contigo hago de todo y guardo mis mejores recuerdos, princesa.

MI PEQUEÑO SECRETO (PRIMER BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora