Te extraño

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„Prepará la cola"
Fueron algunas de las palabras de uno de sus últimos posteos en Twitter.

Hoy jugaba boca y davo, por supuesto, se compró con antelación su preciosa entrada para ir a verlo jugar, junto con sus hermanos.
Siempre iba con la esperanza de conocer a su mayor ídolo y al, catalogado por todos como el amor de su vida; Juan Román Riquelme. Obviando la parte de que también iba por una dulce victoria de la azul y amarilla. La mística nunca se deja de lado, era algo obvio.

Estaba en los asientos ubicados en la platea preferencial junto a su hermano menor. Era el único lugar de la cancha en el que no había estado, tendría que tacharlo de la lista más tarde.
Era increíble sentarse ahí por primera vez, también estaba literalmente abajo de los palcos, de su palco.
Se encontraba con el celular sacandose un par de fotos teniendo a toda la gente bajo el, contando a los hinchas y a los jugadores que de poco iban entrando.

Esta vez tenía puesta la remera de su favorito, como dicho anteriormente, estaba con la de Riquelme.
Esperaba a que mínimo lo tope en algún momento del día con la remera puesta, así se daría cuenta que era su mayor admirador y poder charlar sobre sus goles de mano a mano en la copa libertadores, capaz obtener un autógrafo o algo después. Si es que tenía algo de suerte.
Había roto la costumbre suya que tenía de llevar una del torero a cada cancha nueva que conocía, ahora la traía puesta en su casa, más conocida como la Bombonera.

El primer tiempo lo pasó en ese lugar, disfrutando cada minuto de este.
Boca estaba jugando excelente y verlo desde la cancha; uff, que lindo que era el fútbol, señores.
Se emocionaba, cantaba, gritaba y alentaba, todo lo que termine en „aba" prácticamente.

En este instante era el entretiempo y estaba con el celular, publicando en redes todo lo relacionado con el partido, con el espectáculo de tango que le estaban ofreciendo, el baile morboso que todo hincha disfruta.
Se vió interrumpido por unos fans, personas que le pedían fotos como si su vida dependiera de esto. El siempre vió está actitud exagerada, pero aún así le daba a la gente lo que quería.

Foto tras foto, un conocido suyo se le acercó, pero no intencionalmente, se cruzaron de casualidad, una hermosa casualidad.

Se saludaron como de costumbre, y el chabon le dice.

„Escuchame, si tenés ganas, si querés, venite para arriba y seguramente puedas pasar"

Unas palabras que fueron una bendición para sus oídos, tanto así que creyó que era mentira lo que le decía.
Aún así terminó haciendo lo que le decía el hombre, nadie muere al intentar, no?

Le avisó al hermano que estaba con él antes de irse, le comentó que estaría ahí un momento nada más y que volvería para ver el segundo tiempo con él. A su hermano le pareció perfecto.

Davo subió escaleras arriba, cosa totalmente obvia, nunca nadie subió para abajo. Cuando sube, en las puertas para entrar al palco, justo lo reconocen tres pibes y el trío este le pide fotos.
Se sacó foto con uno, con el otro, y con el que faltaba. Mientras tanto su conocido, que venía con él, teniendo un palco, habló con el de seguridad con una confianza. Uno podía asegurar que se conocían desde antes, que eran amigos o algo. Los dejó pasar al decir que venían juntos, exactamente eso fue lo que dijo.

Davo sentía en ese momento un combo de todo. Entre que le pedían fotos, que era conocido y tal, lo dejaron pasar al palco.

Una vez adentrado en los palcos, una sensación extraña le entró al cuerpo.
No podía describir como era, solo podía decir que era raro, el saber que su ídolo se encontraba detrás de una de las puertas le daba escalofríos.
Nunca antes lo había visto tan de cerca y eso le daba miedo, lo había visto en cancha todo, pero nunca uno al costado, quien no se emocionaría al estar así con la persona que más admira uno en el mundo entero?

Después del partidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora