|CAPÍTULO 03|

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–Deberíamos ir, la mayoría de personas estarán ahí –insiste mi madre, hoy se celebra una fecha especial para el pueblo, pues digamos que hoy hace treinta años logramos independizarnos o liberarnos del Reino de Dodina, por eso ese Reino es pequeño, cada año asistimos, pero al parecer mi padre se niega a ir, está cansado y no está dispuesto a caminar. –Estarán los Reyes por dios Jackson, si tu no quieres ir no vayas, pero Esmeray y yo iremos, te quiero lista a las siete en punto.

Miro a mi padre, el cual solo mira a mi madre y niega con la cabeza, mi madre cuando quiere algo insiste por ello hasta que lo consigue, pero por lo que veo mi padre no se dejó llevar por eso, me levanto del sofá y me dispongo a subir a mi habitación. Abro mi armario y miro los vestidos que tengo, podría decir que hoy es un día algo especial, así que debería usar algo lindo, tomo el vestido azul cielo, tiene mariposas bordadas en la parte de abajo, las mangas son largas, pero son transparentes, tiene un ligero escote, que no muestra mucho, pero muestra lo necesario, también tomo una cadenita que me obsequio mi padre cuando cumplí diecisiete.

Después de horas y horas arreglándome termino, me miro en el espejo y estoy satisfecha con el resultado, me gusta arreglarme, es un tiempo para mí y solo para mí, llevo unas zapatillas del mismo tono que el vestido, de peinado opte por recoger mi cabello y dejarme algunos mechones sueltos, mi maquillaje consiste en una sombra color azul la cual no es tan notoria y mis pestañas rizadas, los labios los pinte de color rosado. Me miro de nuevo y salgo de mi habitación.

Bajo las escaleras y mi padre está poniéndose el abrigo, mi madre logro convencerlo después de todo.

Mi padre queda boquiabierto al verme, siempre me dice que soy la luz de sus ojos, el color de su vida, lo amo demasiado. Llego a la planta baja y mi padre me regala una sonrisa, sé que le agrada como me veo y con eso estoy bien. No necesito la aprobación de los demás solo la de él, me toma de la mano para girarme, me siento como una niña pequeña. Hablamos un poco y mi madre baja.

Mi padre al igual que a mí, siente demasiada admiración hacía su esposa, ojalá pudiese tener lo que ellos tienen, se aman demasiado y jamás se dejarían por nadie. Al estar todos listos salimos de casa. Varias personas se dirigen al mismo lugar a donde vamos, así que vamos acompañados, miro al cielo, ya está oscureciendo. Algo hermoso de nuestra celebración es que los propios habitantes se las arreglan para decorar todo el lugar, así que cuando entras, el piso esta adornados de velas señalando en lugar donde todos nos sentamos y convivimos.

Llegamos y como lo dije todo esta hermoso.

Nos sentamos, y como todos los años, la familia Wilson se sienta con nosotros, Luke el hijo mayor de este matrimonio si sienta delante de mí y me sonríe, era el mejor amigo de mi hermano, su hermano pequeño se sienta alado de él y sus padres igual.

El tiempo ha pasado y sé que en cualquier momento los Reyes llegaran y comenzaran los bailes.

–Me dijeron que trabajas en el castillo, ¿Es cierto eso Esmeray? –cuestiona la Señora Wilson.

–Si, tiene una semana que trabajo ahí.

–Debe ser difícil, sobre todo tener que atender las necesidades de otros, siento compasión por esas personas. –¿Les dije que no soy del agrado de la Señora Wilson?, niego con la cabeza y sonrió.

–No tendría que sentir compasión Señora Wilson, todos tenemos necesidades y no por trabajar "atendiendo necesidades" significa que sea menos que un trabajo común, espero que su familia jamás pase por una situación económica, si no sufrirá.

–Créeme, no lo decía por "ofenderte", pero si te lo tomas así no es mi pro... –las palabras de la Señora Wilson quedan ahí y un gran suspiro por ella hace darme cuenta de la situación, todo el mundo guarda silencio.

Volteo a donde todos están mirando y la respiración se me corta, los Reyes entran, junto con la Princesa, pero el impacto o la impresión de todo esto es cuando detrás de ellos está caminando el Príncipe Erlik, lleva pantalones negros y camisa negra, su cabello blanco esta despeinado y lleva 0las manos en los bolsillos. El Príncipe Erlik jamás asiste a estos eventos, no se sabe el porqué, ahora entiendo por qué se comportaron así.

Dejo de mirarlos, pues no quiero incomodar, pateo a Luke, el cual también esta embobado observándolos, me mira, su ceño esta fruncido.

–Deja de verlos –susurro.

–¿Por qué?, solo estoy admirando a su alteza.

–Es de mala educación hacer eso.

La conversación queda ahí y nos disponemos a seguir hablando de otras cosas, ya todo esta normal y todos ya no lo están mirando, la música ya ha iniciado y yo no he querido bailar, sé que me arregle para esto, pero me siento algo incomoda con la presencia del Príncipe, me levanto de mi lugar y me dirijo a una mesa, en donde hay bocadillos dulces, los miro todos con admiración, sin saber cuál elegir.

–¿No quieres bailar Esmeray? –pregunta Luke, lo miro y veo una capa de sudor sobre su frente, ha estado bailando demasiado, las chicas no lo dejan estar sentado ni un solo segundo y eso es incómodo, así lo veo yo, pero él está más que contento con eso.

–No tengo ganas de bailar –Luke hace un puchero, rio por la acción de mi amigo –Lo siento, pero tal vez podamos bailar más tarde.

–No te preocupes linda, yo te espero. –me da una cálida sonrisa y se va. 

Veo como mi amigo se acerca a una chica y ella le sonríe, la toma de la mano y la lleva a donde esta lo que se podría decir, la "pista de baile", a Luke lo conozco desde que tenía once años, un día mi hermano lo trajo a casa, al principio solo lo veía feo, pero mi hermano nos dejó solos y el comenzó a preguntarme cosas y se formó una amistad con el paso del tiempo. Le tengo un aprecio muy grande a Luke, cuando mi hermano falleció él fue un apoyo muy grande en la familia, la Señora Wilson me tiene algo de rencor, pues Luke dejo de procurar las necesidades de su propia familia y estuvo atenta a la mía.

Por fin me decido por un postre, en un pan que tiene crema batida y por enzima tiene fresas, ¿Les dije que amo las fresas?, son deliciosas, decidida estiro mi mano para poder tomarlo antes de que alguien lo tome, pero me veo interrumpida cuando otra mano se posa en la mía tratando de tomar el pan primero.

Dirijo mi mirada a esa persona y quedo estática cuando veo que se trata del Príncipe Erlik, sus ojos color menta me observan, su mirada es triste, como si verme fuese algo ¿Agotador?, quito mi mano tratando de dejar ese momento incomodo.

–Lo lamento –agacho la cabeza y me retiro, volviendo ha mi lugar. 


°°°°°°°


Yo digo que ya se besen.

Quien me apoya?

Les recuerdo las edades de los chicos.

Esmeray: 19 años.

Erlik: 22 años.

Eros: 24 años.

Dominik: 19 años.

Dalton: 22 años.

Luke: 22 años.


LA OBSESIÓN DEL PRÍNCIPE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora