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Pov, Tzuyu.

Ayude a bajar a Sana del auto aún con los nervios de punta, sin saber con exactitud cual podría ser su reacción ante mi "romántica cita" que había planeado detalladamente. Sinceramente no se me daba, pero si se me daba ser una persona observadora y eso ayudo bastante a darme cuenta de pequeños detalles sobre Sana.

Considere eso muy importante, ya que gracias a ello, pude saber distintos gustos de Sana sin necesidad de ser una persona muy cursi. Aunque comenzaba a considerar que de repente era una persona especialmente cursi solo con Sana.

— Siento que voy a caer...

— Te prometo que no.

Tomé sus dos manos y la guie lo mejor posible hasta estar justo frente a la manta con las cosas ya listas. Solté de inmediato sus manos con el único fin de poder ayudarla a quitar la venda.

— ¿No me dejaras aquí y te irás... cierto? — preguntó dudosa, a lo que reí un poco, por lo gracioso de su tono temeroso de voz y sus ocurrencias.

— Podría pero no lo haré. Te lo aseguró.

Un ligero suspiro se le escapo con un asentimiento de cabeza dándome a entender que estaba lista. Así que me arme de valor y le quite la venda.

Aún nerviosa me quede detrás de ella, con miedo a verla de frente y que en su rostro encuentre disgusto, decepción o algo por el estilo. Solo quería que le gustará y si no era así, me lo lamentaría y podría llevarme una gran decepción de mi misma.

— Esto es... — murmuró, con un tono indescifrable para mi. — Es hermoso Tzuyu.

¿Cómo?

Mire aún temerosa, y con la sorpresa de que ella tomara la iniciativa y se girará para mirarme. Quería apartar la vista pero al observar la sincera mirada de agradecimiento y emoción en ella me fue imposible.

Me fue imposible que no se me dibujará una sonrisa en el rostro.

Podía jurar que veía la emoción en los ojos de Sana, una emoción que resultaba ser hermosa porque parecia ser la más sincera que alguna vez vi. Con eso podía darme cuenta de lo sincera y sensible que era Sana para demostrar sus emociones.

Sonrió en grande y me abrazo sin decir nada más. Cruzando sus brazos por mi cuello y aferrandose a mi, y por supuesto yo correspondi su cálido abrazo de la misma manera. Parecía una niña emocionada, y eso era adorable.

Al separarse me observo por unos segundos con aquella sonrisa aún.

Las pequeñas carcajadas que se le escapaban mientras observaba más a detalle lo que había frente a ella me hacían saber que realmente le había gustado. Y su risa me resultaba extremadamente dulce.

Le extendí la mano y ella instantáneamente me dio la suya para que la tomará y así tomará la iniciativa para que ambas nos sentaramos finalmente sobre la manta.

Era cálido, creí que resultaría muy frío o incómodo pero aparentemente las mantas y cojines que había agregado hacían su función.

Ya sentada, ambas con las piernas extendidas y el suficiente espacio para estar cómodas, Sana señalo el objeto que sobre salía a un lado, cubierto por una cobija. Se trataba del peluche.

— ¿Puedo saber qué es? — preguntó, ladeando su cabeza con curiosidad y dejándome ver aquel característico brillo en sus ojos que solo se podía ver cuando se encontraba de muy bien ánimo.

— ¿Quieres tratar de adivinar?

— Mhm... — murmuró, pensándolo un poco y viéndose realmente confundida. — Podría decir que es algo relacionado con la comida o algo así pero es demasiado grande y veo una canasta a tú lado. — comentó.

❝ My Sweet Girl, Minatozaki ❝  [Satzu / TWICE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora