Capítulo 7

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Blitzø sería el primero en decir con rotundidad que ha cometido muchos errores en su vida, especialmente en lo referente a relaciones. Nunca lo hubiera admitido en su juventud, pero lo cierto es que durante gran parte de su vida no fue una buena persona. Pero las dificultades, la dura aceptación y el hecho de convertirse en padre de familia habían cambiado esa mentalidad... Por no hablar de que casi suicidarse dejó claro que, en el fondo, sabía que algo iba mal y prefería morir antes que aceptarlo.

Porque él fue tóxico.

Súper tóxico.

Utilizaba a la gente, les rompía el corazón y siempre los dejaba dolidos. Era una adicción egoísta que tenía para hacer que la gente le quisiera o amara, utilizándolos y luego dejarlo llorando o enfadados a más no poder. Si era honesto, nunca pretendió hacer eso de forma intencional, pero su paranoia hacia el compromiso le hizo lastimar a algunos de los demonios más cercanos que había conocido en su vida... Y él sabía exactamente de dónde había venido todo: Su vida familiar no fue la mejor, con un padre que abandonó a su familia, una madre que murió cuando era niño y una hermana que lo abandonó y con la que no se hablaba desde hace años.

La familia de Blitzø era un desastre y él no quería volver a pasar por lo mismo. Aún así, él anhelaba amor. Lo necesitaba. Por mucho que a la gente le gustara pensar que los demonios no podían sentir esa emoción, podían. Por eso estaba tan decidido a hacer de la compañía una familia, a pasar el rato con Moxxie y Millie todos los días y a adoptar a Loona incluso cuando era una adolescente... Incluso a pesar de sus declaraciones anteriores sobre que Stolas sólo lo quería para tener sexo, había una parte de Blitzø que se había enamorado del príncipe. Quería algo que llenara el vacío que le había dejado su antigua familia rota. Estaba desesperado por amar, pero tenía miedo de que le volvieran a hacer daño...

Stolas le había ayudado a darse cuenta de que realmente lo amaba. Su nueva familia le curó de su toxicidad tras su intento de suicidio. Y tener un hijo, aunque se le escaparan los métodos, le hizo madurar. Aunque fuera un duro camino, él cambió y nunca se sintió más feliz gracias a eso.

...Por supuesto, las sombras de su pasado aún se arrastraban por su cabeza, y un nombre destacaba: Un antiguo amigo y ex-amante al que Blitzø apreciaba más que a ningún otro demonio del Pentagrama. Incluso hoy, su relación guardaba buenos recuerdos, pero un error y un plan que había salido mal arruinó lo que tenían, para su vergüenza.

Fizzarolli, el mismo payaso que estaba haciendo su espectáculo y haciendo reír al público, fue una vez amigo de la infancia de Blitzø cuando vivía en el circo. Dicho circo había pertenecido a su familia durante generaciones, una que Fizz iba a heredar y de la que tenía grandes sueños. Quería que su mejor amigo Blitzø formara parte de esos sueños. Su sueño era un día convertirse en las grandes estrellas de su propia carpa. Esa amistad se volvió amor, y Blitzø aún guardaba buenos recuerdos de su primer novio. Su primer verdadero amor...

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Alas de luz estelar (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora