CAPÍTULO 5

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Descargo de responsabilidad: Los personajes de Victorious no me pertenecen. La historia sí es mía.

Capítulo 5

Había esperado varios días para ir a verla, el trabajo y la vergüenza la detuvieron de buscarla. Su comportamiento en el restaurante no era propio de ella, sin embargo, los celos la volvían una completa idiota.

Respiró hondo antes de sacarse el casco. Arregló su cabello y luego la cazadora de cuero negro que la cubría del viento que corría esa noche. Con una de las llaves abrió el compartimiento oculto debajo del asiento de la moto y extrajo la botella de vino tinto que compró a modo de disculpas. Si tenía un poco de suerte, Jade aceptaría compartirla con ella.

Caminó unos cuántos pasos tras asegurarse de dejar su moto correctamente estacionada y segura. Observó el frente del viejo edificio donde varias noches atrás dejó a la pálida chica, pese a la fachada gastada y con necesidad de pintura, el sector donde estaba ubicado era tranquilo.

Llenándose de paciencia, esperó que alguien entrara o saliera del edificio para poder ingresar. No sabía el piso de Jade, además de saber a ciencia cierta de que, posiblemente su ex compañera no la dejaría pasar si se anunciaba previamante por el intercomunicador. 

Una hora transcurrió mientras continuaba allí arrimada en esa pared. No quería rendirse sin hablar con Jade. Le debía una disculpas, además de querer verla. Colocó la botella de vino en el piso para poder revisar la hora en su celular. Lo sacó de la chaqueta y comprobó que pasaban las diez de la noche. El sonido de un coche deteniéndose a unos metros de ella la hizo prestar atención. Tal vez esta era su oportunidad. El estómago le dio un vuelco cuando vio bajar a Beck y a Jade de un sencillo nissan sentra. 

La oscura mirada del alto moreno se posó en su antigua amiga. Una pizca de satisfacción emergió de él tras habérsele adelantado. Aquel día luego de haber abandonado el restaurante en compañía de los arquitectos, horas después regresó al sitio. Se había sentado en una de las mesas para tomar un café que resultó bastante costoso, sin embargo, pudo volver a vislumbrar a Jade. Le hizo un par de gestos con la mano que, aún con renuencia por parte de Jade, logró convencerla de regalarle un par de minutos terminado su turno.

Conversaron brevemente sobre qué hacía el otro allí en esa enorme ciudad, enterándose de las circunstancias de su ex. Al inicio, la ojiverde era bastante cauta y reservada a su alrededor, mas su experiencia de años atrás, de cierta forma le ayudó a aligerar el tenso ambiente. Esa noche la acompañó hasta el departamento, y así hizo durante esos días. Aquel viernes la ojiverde había salido más temprano, y aprovechando el tiempo disponible, la invitó al cine. Tuvo que insistir varias veces hasta lograr su cometido. Él la conocía. Jade seguía siendo casi la de siempre, con mismos gustos, hobbies, humor negro. Por eso supo que, invitarla a aquel cine que proyectaba viejas películas sería un punto a su favor. Jade había disfrutado plenamente "El silencio de los corderos" relajándose y compartiendo gratamente con él.

Saludó de la mano a la media latina y él, que era un buen lector de gestos corporales, evidenció la mandíbula tensa. No era estúpido, tanto Kyle y Tori Vega estaban tan interesados como él en la ojiverde. Sin embargo, ninguno de los dos la merecía a su parecer. Él y Jade tenían historia, una con momentos felices y tristes, y si se habían vuelto a cruzar en el camino del otro, era por algo. No creía en las casualidades, las distintas cosas que atravesaba un ser humano tenían un fin, y el suyo, era recuperar a Jade y formar la familia que siempre quisieron ser.

- ¿Qué haces aquí, Vega? - alzó la ceja, Jade. No dando crédito a quién estaba esperándola. 

La media latina escaneó sin disimulo a la pálida chica, buscando cualquier rastro de ropa desacomodada, labios colorados o alguna marca que delate lo que el par que, la observaban curiosos, estuvieron haciendo.

- Quería dejarte ésto - se agachó y tomó la botella de vino, mostrándosela -. Es mi modo de disculparme por haber sido una idiota.

- Demasiado diría yo - musitó Beck con la clara intención de dejarse escuchar.

Las lagunas verdes de Jade se clavaron en las marrones, corroborando esa sinceridad de las palabras expresadas. Suspiró acercándose a tomar la botella de vino -. Gracias. 

Beck no dio crédito a la escena, esperaba una reacción más característica de Jade, tipo "lanzar la botella a la calle" "insultar a Tori" o cualquier cosa irreverente que hacía la Jade que recordaba, mas no un "GRACIAS".

- ¿Ustedes quieren algo más? - intercaló la vista entre los dos morenos. Ninguno reveló lo que pretendían <subir al departamento de la ojiverde y conversar sobre cualquier cosa con ella>. Jade resopló levantando los hombros -. Buenas noches. Gracias por la invitación al cine, y a ti gracias por el vino - entró a su edificio sin más.

Los morenos vieron sus planes irse al caño. Tori torció la boca, irritada -. ¿Qué pretendes? - cuestionó abiertamente.

Beck sonrió descarado, abrió la puerta de su nissan blanco, espetando -. Lo mismo que tú, Tori.

El sonido de llantas chillando fue la despedida de Beck, mientras que Tori duró parada allí media hora más cavilando en sus propios pensamientos, sin saber que había despertado el verdadero interés de una pálida chica que la espiaba desde el tercer piso.

Una vez vio partir a Vega, fue a tomar una ducha. Lo había pasado bien en el cine, recibiendo extra motivación para continuar luchando por sus sueños de ser una talentosa actriz. El camino estaba siendo difícil, y demasiado duro, sin embargo, no se daría por vencida. Había perdido demasiado en esta vida como para no luchar por sus sueños. La vida era un solo viaje. Una oportunidad única que no desaprovecharía. Con altos y bajos, con amores y decepciones, con penas y glorias, recibiendo mierda, entregando mierda, sola, y otras acompañada, como sea que fuera iba a vivirla, le había prometido eso a su hijo y a sí misma. Matty no pudo amar, tampoco caerse y levantarse, ni luchar o rendirse. Su hijo no había tenido oportunidad, y ella no mal gastaría la propia. Aún con los momentos malos, la depresión, la tristeza, la soledad, iba a vivir el día a día. Después de todo ella era Jade West.

Continuará...

Les dejo este capítulo para que lo disfruten.

Disculpen cualquier falta ortográfica o algún error. 

XOXO

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