CAPÍTULO 4

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Descargo de responsabilidad: Los personajes de Victorious no me pertenecen. La historia sí es mía.

Capítulo 4

Beck escuchaba con atención las directrices dadas por el señor Preston. Ese día debía reunirse con los arquitectos encargados del nuevo centro comercial. El trabajo como tal no lo odiaba, él era listo y se desenvolvía a la perfección, sin embargo, su pasión estaba en la actuación. ¡Cómo deseaba la oportunidad de ponerse en la piel de algún personaje! Habían pasado tres años desde su última participación en una obra, y cómo extrañaba aquello. Retomó la concentración a los apuntes que estaba haciendo, no debía perder detalle. Su jefe era muy exigente. Tan pronto concluyó con Preston, salió hacia la reunión.

El tráfico espantoso lo retrasó a su destino, impidiéndole cruzar si quiera la puerta de vidrio giratoria que permite el ingreso al lujoso edificio donde están las oficinas de S&V, cuando se encuentra con los jóvenes arquitectos -. Siento mucho el retraso - se disculpó dando un apretón de manos a Kyle y luego a Tori.

- No pasa nada - lo excusa rapidamente el atractivo joven de ojos claros.

Ante las palabras de su socio, inquirió molesta la media latina -. Sí pasa. Se retrasaron varios trámites de permisos porque no llegaste a tiempo.

- En serio, lo siento Tori.

- ¿Tori? No sabía que existía esa confianza entre los dos - observó aleatoriamente al par de morenos esperando una respuesta.

- Nos conocemos desde la secundaria.

Beck se quedó mudo. Había pensado días atrás que su ex compañera quería ocultar aquella información.

- Interesante... - siseó sorprendido -. Beck, iremos a almorzar, únete.

El moreno asintió agradecido. El trío se subió al ferrari deportivo de Kyle, sentándose Tori en el asiento copiloto. Pasando por el pesado tráfico, en veinte minutos llegaron a un moderno restaurante de comida italiana.

- ¿Creí que odiabas la comida italina? - extrañada comentó la morena siguiendo a la hostess que los llevaba a la mesa reservada.

- Ya lo verás - contestó simplemente su socio sin ocultar su sonrisa ladina.

El restaurante era bastante acogedor, con mesas y sillas de madera, predominando este material en la estructura del lugar. Habían cuatros conceptos en un solo sitio logrando despertar la atención de los comensales que lo visitaban. Por un lado encontrabas la sección de pastas y proteínas; por otro estaban las tapas con una exposición de variados y deliciosos panes. El bar estaba en otra esquina revelando las costosas botellas de vinos y tragos de las que hacían gala; y por último, una sección dulce deleitando los ojos con postres delicadamente elaborados. La cereza del pastel era que en cada sección, sus cocinas y estaciones de trabajo estaban a la vista del cliente permitiéndoles apreciar la preparación de cada plato que se servían.

- ¿Cómo encontraste este sitio? En este par de años viviendo en Nueva York no lo conocía - inquirió Beck encantado con el restaurant y el olor de la comida.

- Pablo me lo recomendó - espetó arrogante buscando inquieto a cierta chica de curvas peligrosas.

Ambos morenos desconocían quién era el sujeto en mención. Ojearon las cartas que les proporcionó la hostess cuando una voz más que identificada los saludó -. Bienvenidos a La Nonna. Mi nombre es Jade West y estoy aquí para atenderlos. ¿Qué desean servirse? -. Las cabezas de sus ex compañeros se levantaron a la velocidad de la luz, creyendo la ojiverde haber escuchado sus cuellos crujir. Desde que entraron los reconoció de inmediato. Había rogado a su compañero cambiar esa mesa en particular pero Steven, un moreno bastante alto como jugador de NBA, se negó. Decidida a no pasar un mal momento, puso una buena cara dirigiéndose hasta ellos.

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