── ❝Killa❞ ──

《;;Capítulo 1 🌙🌺》

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Desde su independencia, la vida de Perú podía resumirse en una tragicomedia, debido a que esta siempre consistió en desgracia tras desgracia, en tragedia tras tragedia. A este punto él ya debería estar acostumbrado a vivir así, en un ciclo sin fin de dolor en el cual nunca debía acostumbrarse a la breve calma que llegaba cada cierto tiempo.

Pero la verdad era que cada golpe dolía más que el anterior, y una manera u otra, tenía que madurar por completo de una vez por todas. Renunciar por completo a México era lo mejor que podía hacer en ese momento, había traído tantas desgracias a su amado que le dolía en el alma verlo sufrir por su culpa.

Renunciar al amor de su vida...

Era duro, pero estaba dispuesto a hacerlo. Por México, por él, por el bien de todos.

Sin embargo...

Algo no estaba del todo bien.

Sabía que su estado físico estaba peor que nunca, tuvo suerte de no recibir el golpe de la camioneta y que fuera México quien lo recibiera... Bueno, no podía describirlo exactamente como suerte. Quizás todo hubiese sido mejor si hubiese sido él, el que recibiera el golpe. Pero no fue así, y las cosas ya no las puede cambiar.

Su cuerpo dolía demasiado, parecía que vivía el mismísimo infierno cada día que pasaba. El dolor podía compararlo con la tortura que vivió a manos de Sendero Luminoso, pero esto era diferente. Era un dolor constante en su pecho y en su mente, muchas veces se quedaba sin aire, sufría mareos o se estresaba de manera terrible, y en otras, se ponía a llorar sin razón aparente alguna. ¿Lo peor de todo? Era que no sabía de dónde provenía ese maldito dolor. Solo quería meter su mano en su pecho y aplastar lo que sea que le esté provocando eso. Lamentablemente lo único que podía hacer para aminorar el dolor era vomitar...

Vomitar sangre.

No podía seguir así, vomitando sangre casa vez que podía. Sentía que se iba a morir en cualquier momento. Y por más que quisiera hacerlo... No podía permitírselo, sería muy egoísta de su parte abandonar a sus hijos y a su gente a su suerte.

Así que, por eso mismo, decidió ir donde OMS; le pondría fin a este asunto de una vez por todas.

Pero no contó con que OMS tampoco sabría qué demonios le pasaba.

—...Siempre has sido un country con más energía que el promedio, pero esto que estoy viendo ahora es más preocupante que sorprendente— murmuró viendo los resultados de todo tipo de examen que se había realizado por los constantes dolores, asustándolo—. ¿Hay algo en especial que esté sucediendo en tu territorio?

—Pues...— el peruano se frotó la nuca intentando recordar lo jodida que estaba la situación en su territorio, pero no era nada realmente preocupante—. Quizás no está bien que digamos, pero se encuentra estable, ¿Por qué preguntas?*

—Estos son los niveles normales en un country que se ven al realizar una prueba de sangre— dijo tomando uno de los tantos folletos que tenía en su escritorio, señaló unas barras que había en este para que se entendiera mejor—. Es importante que no bajen el mínimo o puede suceder algo grave. A veces hay quienes superan uno o que otro nivel como indicador del progreso que viven. Pero lo tuyo es sorprendente, es como un tercio más del nivel que deberías tener.

—Y... ¿Eso es grave?

—Esperemos que no sea así— suspiró, acomodándose los lentes—. Todo en exceso es dañino, incluso la energía— Perú asintió con una expresión de preocupación dibujada en su rostro.