Avatar: Goku Vers.

Capítulo 17. Determinación.

"¿Por qué quieres ser fuerte? Siempre hablas de eso"

Una voz infantil y femenina preguntó con inocencia.

Unos pequeños Goku y Korra de 8 años estaban sentados sobre algunos tablones de madera en la costa del mar.

Goku quedó pensativo por esa pregunta, rascó su mejilla y observó a su amiga quien le pregunto aquello. Ella estaba esperando su respuesta con ansias.

-Quiero protegerte -respondió con simpleza y levantando sus hombros, su amiga se exaltó levemente y no pudo evitar que sus mejillas tomen un tenue color carmesí- A ti, a mi mamá, a mis hermanos. En general a todos los que son importantes para mí -explicó con sinceridad.

-¡Y... yo no necesito que me protejas! ¡soy fuerte Goku! -exclamó cómicamente molesta y avergonzada Korra golpeando el hombro del azabache que soltó un pequeño quejido de dolor- ¡Soy el gran avatar! ¡maestra de los cuatro elementos! -habló la muchacha poniéndose de pie y comenzando a hacer algunos movimientos lanzando fuego, agua, levantando montículos de tierra y lanzando una pequeña ventisca de aire.

Goku dio unos aplausos por la gran maestria que poseía la pequeña niña, era sumamente asombrosa.

-Es como tú dices, eres el avatar, contrario a mí quien no tiene dominio sobre ningún elemento -comenzó a hablar causando leve tristeza en la muchacha- Por eso debo esforzarme más, entrenar más duro y sobre todo no rendirme -finalizó determinado apretando sus puños.

Los bellos ojos zafiro de Korra se abrieron con asombro por las declaraciones de Goku, ella sin dudas le admiraba.

Desde siempre había tenido la duda de por qué Goku siempre entrenaba tan duro, no había razón de hacerlo, nadie le exigía nada. Su madre y hermanos lo amaban así como era, pero Goku aún así tenía tales aspiraciones.

Comenzó pidiéndole a su padre que le entrene, el líder de la tribu y el más experimentado en batallas.

-A ustedes yo los amo, Korra -afirmó nuevamente Goku llamando la atención de la morena.

-¡N...no uses esa palabra de esa forma! -exclamó la muchacha girándose para que no vea el gran sonrojo en su rostro.

¿Por qué se sentía así por las palabras de Goku? ¡Rayos! No quería admitirlo pero, ¿no será que Goku... le parecía genial?

-Pero ahora por buscar ser fuerte te irás -le dijo Korra mirando de reojo a Goku algo triste- ¿Co...como me protegerás, aunque no es necesario, si no estás aquí? -preguntó algo molesta.

-Mi hermana me dijo que la maestra Lin Beifong es fuerte y que me puede ayudar -explicó el muchacho poniéndose de pie y caminando hasta Korra- Pero no creo que dure mucho tiempo, volveré lo antes posible -respondió notando la tristeza de Korra- Y estaré a tu lado -afirmó alegre.

-Más te vale -murmuró la niña bajando la mirada.

No se esperaba que Goku la rodeé con uno de sus brazos mientras ambos tenían la vista al mar, aunque fue suficiente para que sorpresivamente ella misma lo abrace con fuerzas.

Lo conocía desde que tenía memoria, siempre estuvieron juntos y el hecho de que ahora fueran a separarse era duro para ella.

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El tiempo había pasado volando, Goku ya no era aquel pequeño que buscaba fuerza, ahora era un experimentado guerrero con reconocimiento y que aunque ya era reconocido por su poder, no se conformaba, seguía avanzando sin detenerse y ella no podía quedarse atrás.