Sivunad

5 deidas, 1 ente

Esta es la historia de 5 deidades cuyas vidas tenían enfoques completamente diferentes, hoy en día trabajan unidas, a pesar de que luchan continuamente decidiendo quién de ellas merece liderar el ente que han constituido juntas.

Sivunad mira al mundo a través de dos profundos ojos marrones, pero detrás de ellos se ocultan 5 visiones de la vida completamente distintas. Si recuestas tu cabeza sobre su pecho escucharás los latidos de un gran corazón; sin embargo, son 5 las razones que lo hacen palpitar, nunca en simultáneo, pero sí con la misma intensidad. Una mezcla de sentimientos unificados incomprensibles la acompaña. Y aunque Sivunad cree tener el destino bien marcado en su mapa, cambia constantemente la ruta, porque en el interior ellas no han logrado definir una sola meta en común.

Si tuviera que poner en palabras lo que es para mi Sivunad la compararía con un hermoso y robusto barco en altamar, que a simple vista parece navegar a un destino certero capaz de resistir las tempestades más intensas que ningún marinero se atrevería a cruzar, pero si la miras detenidamente a través de un telescopio, notarás que va a la deriva sin un capitán, porque todos los pasajeros se pelean por tomar el timón, olvidando que este no es el único responsable de llevar ese imponente barco a su final.

Así es cómo cada deidad, completamente diferente de la otra, conforma a ese ser del que hoy les quiero contar. Hay quienes dicen que si te encuentras con ellas por separado no podrías identificar cuál está navegando el barco en ese momento, pero bastará con dejarla hablar, expresarse y entrar en confianza para comprender quién de ellas está en acción. Soy de las pocas personas que ha aprendido a reconocerlas y con toda confianza les puedo decir que no es fácil lidiarlas individualmente: hay veces que se me hace tan fácil cómo deletrear mi nombre, otras es cómo tratar de comprender por qué existe en este mundo,,que lo tiene todo, la desigualdad. Aún así, en la complejidad de su ser, me he llegado a enamorar de cada una de ellas, con una fidelidad y fortaleza, que no puedo explicar con palabras, con miedo a que una sienta que mis sentimientos son más intensos por otra de ellas, pero no es así. Me duele verlas combatir, odio cuando una dice que la otra es una debilidad para el grupo, reprimiéndola y dándose mayor protagonismo por hablar con más seguridad. Yo día a día me siento a verlas debatir y les grito, a través de un silencio que hace mis tímpanos vibrar, que cada una juega un rol crucial para el ser que juntas han creado y si una de ellas no está presente sería el fin de aquel ente inverosímil, que parece sacado de los libros más vendidos y que hace mi corazón palpitar.