Leves turbulencias

362 23 3
                                    

~Michael~

Y sí, desperté con Trevor enredado en mi cuerpo como si dependiera de ello. Bufé en cuanto me tope su rostro tan cerca del mío, había olvidado esos años en los que disfrutaba esta cercanía tan cautivadora; pero ahora no podía evitar sentir una incomodidad desmedida.

—Quítate pesado.

Hable cansado de la situación mientras lo empujaba para el otro costado. Este ni se inmutó, solo dejo salir un pequeño quejido y continuó durmiendo tal cual un bebé. Por mi parte no podía perder el tiempo en cama, así que no tarde en ya estar presente parado delante del fregadero.

Buenos días joven— obviamente se me olvidaba Patricia, que para este punto se encontraba planchando la ropa de Trevor con dedicación y una sonrisa enorme en el rostro —¿Gusta desayunar?

—No gracias, prefiero comer de la basura antes que aquí.

Respondí de inmediato y pase por una cerveza al refrigerador. A estas alturas no sabía en que sacar provecho, porque mierda, en todo el terreno lo único destacable era la tienda de productos esenciales como distracción. Estaba en ese humo de pensamientos hasta que Trevor cruzo el umbral.

—"Buenos días sugar tits, ¿dormiste bien?"

—Claro, tan bien que lo repetiría tantas veces para quedar satisfecho— odiaba este lugar, odiaba ver su estúpida sonrisa de triunfo y más si venía acompañada de preguntas idiotas. Él bien sabía que opinaba de su zona de confort y como me tenía de alterado la situación.

—"Se nota tanto la ausencia que representaba en ti, podríamos ser roomies para la eternidad"— ante su insistencia en molestar sólo lo ignore y pase al baño para hacer mis necesidades, en lo que Philips daba gritos fuera del remolque.

—¿Quién es Ron? ¿Un nuevo amante?

—"¿Mi dulce flor está celosa? nah, es un compañero de trabajo. Muy leal por cierto, ya que eso debe de ser lo principal... claro que tú no sabes de eso"— reí de forma sarcástica y en cuanto termine, el dichoso Ron ya se encontraba entre nosotros con el café de Trevor entre manos —"Ron, él es Michael del que te había hablado y ella es la dulce Paty"—

Como pude salude mientras le miraba de reojo. ¿Por qué no me sorprendía? era el tipo de persona que encajaría en la solicitud de vacante. Un hombre de mediana edad, adicto y chupando las bolas de Trevor en todo momento —"Debo irme"—

—¿A dónde vas? ¿Puedo ir?

—"No Michael, alguien debe de quedarse con Patricia. No queremos que otro la secuestre ¿O si?... Además, eres una persona sumamente buscada"— dicho esto salió de la caravana y se monto en su camioneta junto con el perro fiel.

Incluso después de esa advertencia, me dio igual y salí sin despedirme tan siquiera. Camine un par de metros al rededor de la pequeña ciudad, pasando nuevamente por comida en el minisuper y terminando a las orillas del Alamo Sea. Vaya puta mierda.

—¿Y cómo estás?

Al no encontrar que más hacer, decidí llamar otra vez a Franklin, por lo menos quería escuchar otra voz que no fuera el irritable de Trevor o la dulzura desenfrenada de Patricia —Este lugar es como el mismo infierno, nunca creí que un pueblo de locos fuera tan aburrido como este—

Escuche una risa del otro lado que me hizo relajar los nervios, dejándome llevar por el momento y aprovechando al máximo ese pequeño lapso de tiempo con el menor. Dando vueltas de allá para acá y llegando finalmente en la entrada del insano hogar —Tengo que irme, pero te prometo llamarte más tarde... Si es que me lo permiten— y sin tardar colgué.

My Fucking Sugar [Michael x Franklin] [GTA V] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora