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-La vida de ambos pelirojos jamás fue normal y sencilla empezando por el hecho de la falta de creatividad de sus padres por llamarlos Maxine y Máximo, ya que a ambos padres les gustaba el nombre de Max, al inicio le habían dicho que solo era uno y que era niño pero luego en una de sus revisiones les tomo la sorpresa de que serían dos pequeños, la familia Ross Horvarth era pequeña pero muy felizz sus padres se amaban perdidamente y amaban cada pedacito de sus hijos, claro que se dieron cuenta que a medida que ambos pelirojos crecian serían una bomba para el mundo. En palabras de su abuelo el mayor terremoto mundial, pero está felicidad no duraria tanto.
Los gemelos adoraban a sus padres y la mayoría del tiempo la pasaban con su madre ya que su padre era militar, pero cada vez que el volvía siempre pasaba su tiempo con ellos ya sea jugando o enseñándoles la caza, el creía que era bueno que supieran defenderse y su madre no tenía problema con aquello, por otra parte su madre haría cualquier cosa por ambos pelirojos y siempre intentaba llenar la falta que les hacía su padre y la mayor parte del tiempo lo lograba, Su abuelo era uno de los hombres más sabios y uno de los que mejores consejos daban y sus nietos eran su adoración, el se encargaba de cuidarlos algunas tardes o llevarlos a la escuela, el haría todo por sus cabecitas rojas..
¿Porque no podía quedarme allí el resto de mi vida?
Una tarde como cualquier otra la familia Ross Horvarth se preparaba para ir a un pequeño viaje a las montañas por el cumpleaños número 7 de sus gemelos y estaban preparando todo para irse
-Max!!! -Gritaba Meredith desde el carro mientras guardaba unas cajas con algo de problema-
-Si ma? -Respondieron al unisono ambos pelirojos desde distintas partes-
-Saben ahora entiendo porque dicen que no fuimos creativos con sus nombres -Dijo con una sonrisa- Bueno Maximo es a ti, tu sigue ayudando a papá linda
-Valep -Respondio la pequeña peliroja mientras corría del porche de la casa hacia el frente del auto para ayudar a su padre quien revisaba el motor-
-Sabes Mamá -Empezo a hablar el pelirojo con su madre- Yo no sé quién se confunde más con nuestros nombres si ustedes o nosotros
Esto causo una risa proveniente de la mayor, extrañamente sus hijos eran la réplica exacta de su papá, pelirojos y pecosos con unos ojos azules hermosos, y su madre siempre bromeaba con que ella tuvo que aguantar las náuseas, contracciones y tenerlos nueve meses dentro de ella para que salieran idénticos a su padre cosa que hacía reír a esta
Terminaron de guardar las cosas y emprendieron viaje no sin antes pasar por la casa del abuelo de ambos pelirojos quien ya los esperaba en la entrada para desearles un buen viaje, cuando llegaron ambos pelirojos saltaron del auto para despedirse de su abuelo
-Abuelo!!! -Gritaron las dos cabezas pelirojas saltando a brazos de su abuelo, quien con algo de se las arreglo para cargarlos a ambos-
-Hey mis zanahorias favoritas, tienen que prometer que tomarán fotos con la cámara que les di eh? Y cuando vuelvan nosotros iremos de pesca -Dijo el anciano mientras les sonreía con una sonrisa tan honesta y bonita que solo la tenía al ver a sus "pequeñas zanahorias"
