—¿Están Listos?—todos asintieron preparándose en sus lugares para grabar la escena— Comenzaremos con el rodaje en tres, dos, uno ¡Acción!
Una señora mayor hablaba con un hombre sobre la salud de su hijo menor Tailer —Doctor Kang ¿Cómo puedo ayudar a que mi hijo mejore de su enfermedad? ¿Debería llevarlo a una iglesia?—Pregunto preocupada la mujer, llena de pánico al no encontrar una cura para su adorado hijito Tailer, el doctor la tomo de las manos y con sadismo le dijo.
—Déjalo en mis manos, que yo lo curare para siempre...
—Cuento con usted doctor, ¡Tailer! ¡Baja ahora!— un joven de quince años bajo por las escaleras a pasos apurados, la mujer lo esperaba seria, en medio de la sala junto a un señor de bata blanca; Su doctor, cuando sus ojos miraron al viejo, sintió miedo, terror, asco y odio hacía su persona, terminó de bajar los últimos escalones con desgano, ya no tenía entusiasmo por obedecer a su progenitora. Una vez a bajo se puso en frente de su madre, a lo que el señor le sonrió ladino.
—¿Si madre? Dígame que necesita.—le sonrió con pesar, ya sabía lo que venía y como acabaría esa situación. Se abrazó con fuerza a su osito de peluche, esperando que su madre no lo enviara con ese señor de nuevo.
—El doctor Kang Te pondrá un nuevo tratamiento, así que debes ir con el.—su cuerpo se tenso, su extremidades se tensaron, todo en el estaba tenso, no quería ir con ese señor, no de nuevo.
—Pero madre...
—Nada, irás y punto.