(𝐑) 07

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bejeweled

El clima me está matando

Literalmente

Hace unos días me dio algo cercano a un golpe de calor. Según el doctor, por no estar acostumbrada a los climas tan fuertes en México

Afortunadamente estaba mejor, y por ende, no tenía excusa para faltar a la fiesta de cumpleaños de Ernesto

Porque si, hoy es su cumpleaños

Cumple diecinueve, si no me equivoco

Durante todo el día se la había pasado hablando de lo "chingona" que estaría su fiesta y de lo "esperada" que había sido

Según el, todos los alumnos del nacional se morían porque por fin llegara el día

Darío dijo que era solo una fiesta como las demás, pero no había porque quitarle el entusiasmo

Ahora me encontraba sentada en el cuarto de mi hermana, dejando que me colocara de maquillaje, unas piedritas que había comprado hace unos días

Le dije que era una estupidez, pero no me dejo protestar más, antes de convencerme

- no sudes mucho que se te pueden despegar –

- claro. Voy a succionar el sudor, no te preocupes

- en serio

Viro los ojos, asintiendo

- ¿te puedo esperar para cenar o vas a regresar muy tarde?

- posiblemente regresaré tarde. Pero cena algo, no te preocupes

Ella asiente, alejándose un poco de mí para analizar el resultado de su trabajo. Asiente, con una sonrisa complacida

- listo

Reviso la hora en mi teléfono, levantándome de donde me encontraba sentada

- me voy. Tengo que pasar por Darío y por Sofía...

- ¿Sofía? – ella pretende seguir guardando sus cosas, preguntando "Casualmente" –

- nueva conocida. Es una compañera

- ¿solo una compañera?

La forma en que me juzga con la mirada, me hace virar los ojos

- sí, Hera. Ya me voy

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- lo está haciendo muy bien – defiendo a la conductora designada, viendo de reojo como Darío se sujeta del asiento con intensidad

- aja

- Darío...

- sí. Va muy bien

Sofía sonríe, tomando con confianza el volante

Durante toda la semana nos habíamos juntado a practicar su conducción, dejando un poco de lado el proyecto. Gracias al tiempo extra que habíamos parado juntas, incluso comenzaba a considerarla como una amiga. Claro, no lo admitiría en voz alta

- ¿Dónde me estaciono? –

- ¿puedes ahí? – cuestiono, señalando un espacio algo reducido

Ella lo duda unos segundos, pero termina asintiendo con cuidado

- ¡espera! ¡Me bajo antes! – Darío toma su chamarra, saliendo apresurado - ¡nos vemos adentro!

Las dos nos quedamos en silencio, siguiéndolo con la mirada

𝗥𝗲𝗽𝘂𝘁𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻 | Control ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora