Jaehyun se aferró a Taeyong cuando el hombre lloró y se mordió el labio inferior. Su alfa interior no lo permitiría, no lastimaría a este hombre, nunca.
—Taeyong, shh, necesitas relajarte.
―¡Mierda! ¡Eso... Duele!
—Lo sé, sólo confía en mí, va a mejorar. No me moveré. Estoy esperándote ― A Jaehyun le gustaría esperar el tiempo necesario. Esperaría durante horas si tuviera que hacerlo. Si Taeyong le decía que dejara lo que estaba haciendo y se saliera, entonces haría eso también.
Joder, que sería difícil, pero lo haría.
―Sólo respira, bebé. El dolor va a bajar, te prometo que lo hará.
Taeyong no le pidió que se detuviera, lo cual honestamente sorprendió a Jaehyun. Él esperaba que el otro hombre lo empujara fuera. Jaehyun incluso empezaba a albergar algunas dudas propias. Taeyong podría haber nacido en una manada de hombres lobo, pero no era un hombre lobo completo, tal vez hacerlo de esta forma dado que era la primera vez de Taeyong y sin la lubricación adecuada, había sido un error.
Jaehyun esperó y esperó, escuchando el tambor de los latidos del corazón de Taeyong, así como el sonido de su respiración. Escuchó todo, y esperó a cualquier cosa que Taeyong pudiera decir.
Finalmente el cuerpo de Taeyong se fue relajando, poco a poco sus músculos ya no estaban tan tensos y apretados, sus uñas ya no estaban presionando dolorosamente los hombros de Jaehyun. Apenas se había dado cuenta de eso al inicio.
Jaehyun muy lentamente, y con cuidado extra, comenzó a empujar su polla más profundamente en el interior del cuerpo de Taeyong. Taeyong no protestó, pero sus dientes permanecieron apretados.
Todo lo que Jaehyun tenía que hacer era encontrar la próstata del hombre. Una vez que hiciera eso, entonces todo estaría hecho. Taeyong ni siquiera recordaría que había estado con dolor.
Taeyong seguía siendo un hombre lobo. No era un cambiaformas, pero seguía siendo un hombre lobo, y Jaehyun iba a tratarlo como tal, a diferencia de los otros hijos de puta rebeldes que vivían con él en la manada.
Entonces los ojos de Taeyong se abrieron, mostrando la parte blanca alrededor de esos hermosos ojos negros que le quitaban el aliento a Jaehyun. Su boca se abrió y dejó escapar un gemido que sonaba agradable. Ningún hombre podría hacer un ruido como ese si estuviera con dolor.
Jaehyun había encontrado la próstata de Taeyong con los dedos, y ahora la había encontrado con su polla.
—Ahí está ―Dijo viendo cómo Taeyong perdía el control por completo por debajo de él. Fue la vista más erótica que Jaehyun hubiera visto en toda su vida. No estaba siendo solo un testigo tampoco, lo sintió en la forma en que las caderas de Taeyong chocaron contra él, en lo fuerte de su agarre en los antebrazos de Jaehyun.
Jaehyun sabía que aún no debía ser duro. Todo lo que quería era tirar de su pelvis y amartillar hacia atrás y luego de golpe de nuevo hacia delante, enterrando su polla profundamente en este apretado espacio caliente que se apoderó de él como un poderoso puño pero que sin duda causaría más dolor que placer, y todo lo que Jaehyun buscaba era el placer de Taeyong.
Se echó hacia atrás y hacia delante. Su ritmo no era precisamente lento, pero no fue rápido tampoco.
Ni siquiera fue a paso ligero. Jaehyun se movió exactamente como tenía que moverse para darles el mayor placer que ambos pudieran tener, y los gemidos de Taeyong eran un testimonio de lo mucho que estaba lográndolo.
―M-Mierda que se siente bien, allí mismo. Oooh, ¡Dios mío!― Taeyong se quejó, diciendo todas las cosas que Jaehyun esperaba un virgen dijera mientras estaba haciendo el amor por primera vez. Después de que todo fuera jadeante y sin sentido, como si Taeyong estuviera corriendo hacia el orgasmo, pero estuviera teniendo problemas para llegar a él. Jaehyun quería ayudarlo con eso.