Capítulo 1

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Oscuridad, palabra que se refiere a la falta o ausencia de luz.

También es algo que veo en Helen y que veo en el reflejo del espejo.
La oscuridad que se apodera de él es exactamente la misma que me rodea a mí, la misma que enseña a comportarse como uno se comporta cuando nadie lo ve. Mal.

Helen llevaba años desprendiendo esa aura tan oscura, tantos que ni siquiera recuerdo cuando carecía de ella. Él creció de una manera perturbada, pero sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal, lo tenía demasiado claro, tal vez mucho más claro que yo y por eso estaba siempre sobre mi.

Helen solo actuaba tras haber preparado y repasado un plan meticulosamente, usualmente le buscaba fallas a sus propias ideas y trataba de ponerlas a prueba varias veces antes de llevarlas a cabo.

Yo por el contrario, tenía bastantes problemas con elaborar planes y desarrollar ideas, nunca pensaba en qué hacer o qué decir antes de llevar a cabo mis actos, y él solía enfadarse mucho conmigo por ello.

Entonces me preguntaba todos los días, ¿cómo puede ser que a pesar de tanta oscuridad, el sepa manejarse tan bien, y yo tan mal?

—No encuentro ningún canal en el que no estén hablando de ti...— dije con una mueca en mi rostro para mi misma como si estuviera hablando con mi hermano. En aquel momento me encontraba sola en casa buscando algo con lo que entretenerme, pero esque si pasaba los canales, en absolutamente todos salía él de titular.

"Otro homicidio más en la ciudad, una vez más , se sospecha del asesino que lleva meses aterrorizando nuestra zona, se caracteriza por pintar en la escena del crimen con la propia sangre de sus víctimas, quienes afirman haberle visto, declaran que se trata de un joven enmascarado, la policía abrirá investigación en los institutos de la zona ya que esto posiblemente se trate de..." —cambié de canal—

"...un asesino en serie, que usa la sangre de sus víctimas para pintar en las peredes del lugar del homici..." —lo cambié de nuevo—

"...por encontrarlo? -Estamos esforzándonos demasiado, hemos estado investigando todas las escenas en las que ha esta..." —y otra vez...—

"...en todos los homicidios..." —otra...—

"...las paredes pintadas..."

"...buscándolo , pero creo que..."

"...un asesino en serie que..."

"...pues, creo que será difícil de encontrar"

Esbocé una pequeña sonrisa y apagué la tele, no tenía tiempo para este tipo de tonterías.
Jamás llegarían a meter a Helen en la cárcel, nunca nadie lograría encontrarlo.

Lancé el mando sin ganas al viejo sofá negro y soltando un suspiro pesado caminé hasta mi habitación.

Mi triste habitación, era la parte más vacía de la casa. Realmente solo tenía una cama y tres caballetes, después por el suelo lienzos y botes de pintura, mucha pintura.

Uno de mis favoritos y el más caro se encontraba encima de una pila de libros que había formado al lado de mi cama y que usaba de mesilla.

Pintura cara porque claro, una vida siempre sale cara, se arriesga demasiado por este tipo de pintura, no hay pintura igual en el mundo, ninguna que tenga este mismo color, este olor ni esta misma textura.
Es difícil de conseguir y cuando la conseguimos, hay que aprovecharla, no podemos dejarla secar.
La pintura siempre tiene que estar fresca.

Lo tomé entre mis manos y me quedé mirando el líquido color carmesí. No quedaba mucho, podría jugar un poco con ella o dejarla secar.
Pero la última no era ninguna opción.

Metí mi mano en aquel bote para poder sacar sacar la sangre de él, mi mano completamente bañada en ella fue presionada contra la pared en cuestión de segundos ya que no quería manchar el suelo.
Cuidadosamente la retiré y sonreí al ver la silueta de mi mano plasmada ahí, a continuación, cerré mi mano haciendo que el dedo índice haga un trazo semicircular en la pared de izquierda a derecha, después hize dos pequeños puntitos del tamaño de una uña en la pared, ¿Resultado? Una carita triste.

Me pasé ahí un buen rato, pensando y hablando sola como de costumbre, dibujaba todo lo que se me venia a la mente, y cuando me quedaba sin sangre, siempre me quedaban los lápices y el resto de pintura con el que practicaba siempre a solas a partir de la media noche cuando todos dormían para poder dar lo mejor de mi cuando tenía sangre fresca.

Pero ahora no tenía sangre, me quedaba justo para pocos trozos, al no encontrar inspiración del todo decidí escribir mi nombre, mojé en aquella sangre mis dedos de nuevo y empecé a dar trazos cuidadosos para escribir mi nombre frente a mi cama.

Tn Otis— dije en un susurro antes de sonreír al ver mi nombre.

Fue entonces cuando el sonido de una puerta abriéndose hizo que me distrajera. Dejé el tarro en el suelo y caminé con cuidado de no tocar nada hasta la entrada principal.

—Te traje más— me tendió un bote de mi pintura roja favorita.

—¡Helen!— le sonreí ampliamente saludándolo — Gracias, era justo lo que necesitaba. ¿No has traído compañía? —pregunté mirando a sus espaldas.

—Esta vez no pude traer a nadie, estaba solo— contestó haciendome a un lado para poder ir a sentarse al viejo comedor.

—Da igual, esto es suficiente— contesté al respecto de haber recibido un único tarro, acercándome a él para que me contara qué había hecho hoy. —Gracias y bueno, no has parado de salir en la tele. Has acabado con toda una familia hoy. — Noté su mirada llena de entusiasmo. Un oscuro sentimiento que no provocaba las mismas cosas en mi que en una persona normal. Mi entusiasmo era más complicado, y más divertido. Algo que desde luego asustaría a alguien normal pero a mi no.

A mi no me daba miedo Helen

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2023 ⏰

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La Hermana de Bloody Painter [Eyeless Jack x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora